El acoso sexual es uno de los delitos con más grado de impunidad en el Estado de México. En el 2019 el Poder Judicial sentenció solo a una persona por este crimen, sin embargo, las denuncias en ese año suman un total de 623, es decir 238 por ciento más que en el 2018.
Las instituciones de procuración de justicia tampoco han perseguido este delito. En ese mismo año, la Fiscalía General de Justicia del Estado de México (FGJEM) únicamente vinculó a proceso a seis personas por acoso sexual.
El acoso sexual es un delito que va en aumento. Mientras que en 2018 se registraron 261 carpetas de investigación por este delito, según las cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema de Seguridad Pública; en 2019 se duplicaron y el número pasó a 623; ya en el 2020, tan solo en los primeros seis meses del año, las denuncias alcanzan las 488.
Sin embargo, la cifra negra de acoso sexual podría esconder miles de casos. Para la doctora en Sociología Velvet Romero existe una aceptación dentro de la sociedad que llega a legitimar las prácticas de acoso, incluso para las mismas víctimas la violencia pasa desapercibida, por lo tanto, no denuncian.
En el 2020, tan solo en los primeros seis meses del año, las denuncias alcanzan las 488 carpetas de investigación
“Estas violencias van unidas a la violencia simbólica que es la que da legitimidad social a los actos violentos, se establece a través de marcos culturales que conciben que esas prácticas son adecuadas. En una sociedad se concibe que los cuerpos de las mujeres pertenecen a la comunidad masculina y las mujeres somos responsables de lo que los hombres nos digan y nos hagan.”
Para Velvet Romero el acoso sexual puede llegar a ser el indicativo para otro tipo de violencias más letales, “una persona [que] es violenta en un sentido, lo más probable es que sea violenta en más sentidos. El que acosa no necesariamente va violar a alguien, pero sí al revés, el violador o el feminicida antes fue abusador o acosador.”
Los casos
Daniel “N” y profesores acosadores
El 19 de febrero la Facultad de Ciencias de la Conducta de la UAEMex, la comunidad estudiantil sacó a la luz una red ilegal de pornografía, en la que se comercializaban fotografías de al menos 500 chicas del Valle de Toluca. Las denuncias también pasaron a las demás facultades en donde las estudiantes realizaron tendederos de denuncia en contra de profesores y alumnos acosadores.
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De acuerdo al Abogado General de la UAEMex, Raúl Ortiz, las denuncias derivaron en la separación del cargo y el inicio de procedimiento de responsabilidades en algunos casos, sin embargo, las denuncias hechas ante la fiscalía no resultaron en castigo en contra de los implicados, ni siquiera en el caso de Daniel “N”, presunto responsable de la red de pornografía.
Amaury “N” el fotógrafo abusador
En mayo de este año “Diana” decidió denunciar a través de sus redes sociales un caso de abuso sexual que involucraba al fotógrafo Amaury “N”, quien acosaba sexualmente a algunas de sus colaboradoras, entre las que había algunas que, de acuerdo con testimonios, eran menores de edad.
La denuncia de “Diana” se viralizó y surgieron más casos. En total “Diana” contabilizó más de 30 chicas que responsabilizaban a Amaury de haberlas acosado e incluso de haber abusado sexualmente de ellas.
“Diana” decidió interponer una denuncia formal ante la Fiscalía del Estado de México el día 22 de junio, pero hasta hoy no tiene información sobre el avance de su proceso.
“Las denuncias públicas que hacemos sirven para alertar a otras chicas, pero creo que es importante que hagan su denuncia. También necesitamos información para saber lo que es el acoso sexual porque muchas veces somos víctimas de acoso pero nos hacen creer que estamos exagerando”, explicó “Diana” para AD Noticias.
En total “Diana” contabilizó más de 30 chicas que responsabilizaban a Amaury de haberlas acosado e incluso de haber abusado sexualmente de ellas
Velvet Romero considera que la eliminación del acoso es un problema complejo y va más allá de legislar: “se tiene que hacer un combate a la raíz, erradicar la violencia a través de las ideas. Los hombres siguen creyendo que las mujeres son suyas, [hay que] combatir el sistema de creencias de una sociedad”, sumado a una reestructuración en las instituciones, sobre todo aquellas encargadas de la impartición y procuración de justicia, “cambiar la forma en la que se piensa la justicia”.