El Acuerdo para el Fortalecimiento Económico con que el presidente Enrique Peña pretende frenar el gasolinazo está condenado al fracaso, por no plantear soluciones nuevas, útiles, viables o serias.
Ello fue expuesto por Javier Salinas Narváez, vicecoordinador del grupo parlamentario del Partido de la Revolución Democrática (PRD) en la Legislatura mexiquense, al participar en la cadena humana para cercar el Palacio Nacional en señal de protesta por el incremento en las gasolinas.
El especialista en finanzas públicas señaló que el pacto se encuentra atiborrado de compromisos que suenan a buenos deseos, y aseguró que la única salida a la crisis que se enfrenta es volver a un precio controlado de las gasolinas, lo que implicaría un subsidio gubernamental o una reducción del impuesto especial (IEPS) que repercutiría en la reducción del gasto público para los tres niveles de gobierno, circunstancia a la que no están dispuestas las autoridades.
“El impuesto sobre el diésel y la gasolina que pagamos los mexicanos es criminal; además del carísimo IEPS cubrimos también el IVA del combustible; es decir, 40% del precio que paga el consumidor final es puro impuesto”, detalló Salinas Narváez.