Adentro lleno, afuera ausentes, así la corrida en Toluca

Toluca, México. 18 de marzo de 2019. La población en Toluca se ha partido. Al menos en las redes sociales. La tauromaquia, presente en nuestra ciudad como en algunas otras del país, despertó un debate que si bien no estaba superado si había pasado a segundo plano. Dentro de los festejos por el aniversario de […]

Toluca, México. 18 de marzo de 2019. La población en Toluca se ha partido. Al menos en las redes sociales. La tauromaquia, presente en nuestra ciudad como en algunas otras del país, despertó un debate que si bien no estaba superado si había pasado a segundo plano. Dentro de los festejos por el aniversario de la ciudad hubo uno en especial provocó movilizaciones y levantamiento de voces: la “Tradicional Corrida de Toros de Toluca de San José”.

Los boletos para presenciar una corrida en la que se presentaba uno de los rejoneadores más reconocidos del mundo, Pablo Hermoso de Mendoza, se agotaron. En 2018, durante el gobierno de Fernando Zamora, se suspendió otra corrida similar. Los motivos: administrativos y de presión social.

Aproximadamente 15 minutos antes de comenzar la corrida, un grupo de no más de diez manifestantes se colocaron en el camellón de la avenida López Portillo con pancartas y un altavoz, muy lejos de las casi 40 personas que se reunieron en la conferencia de prensa que dio el diputado José Alberto Couttolenc Buentello y de las cientos de personas que compartieron publicaciones de repudio en contra del evento.

Por la puerta principal de la plaza entraron distintos actores políticos como la diputada de Morena Mónica Álvarez Nemer, "Ya entró el presidente (Juan Rodolfo)" afirmó uno de los 60 policías municipales designados para vigilar el evento. Entre las vestimentas había un patrón: botas, pantalones de mezclilla, chalecos y sombreros, sin faltar las tradicionales botas para el vino. Aficionados conocedores y “villamelones” se sentaron juntos. La banda tocaba sus pasodobles, “la está cajeteando la banda, no sé quién les dijo que se tocaba” dijo un aficionado después de dar un buen trago de cerveza.

En el ruedo los toros atacaron con bravura, murieron por la espada y fueron destazados en salones continuos al ruedo. Los defensores de animales insisten en la crueldad del acto, los aficionados apelan al honor y a la buena vida de una raza que está diseñada para morir. Los vacíos legales permitieron una corrida en una entidad en la que “comete el delito de maltrato animal (quien) cause lesiones dolosas a cualquier animal que no constituya plaga".

Al final del evento, un niño en el ruedo simuló torear, la plaza lo ovacionó cerrando un capítulo más de este gran debate del cuál el Partido Verde quiere llevar formalmente a la legislatura. ¿Podrá?