La recategorización del Nevado de Toluca, promulgada por el gobierno de Enrique Peña Nieto, lo condena a desaparecer tal y como se conoce. En menos de 5 años, estará plagado de fraccionamientos lujosos y costosos, advirtió Luz Emilia Aguilar Zinser, especialista de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Desde hace un año que se decretó la recategorización del volcán, diversas organizaciones e investigadores se dedicaron a estudiar el impacto de las nuevas disposiciones, todas ellas afirman que va a desaparecer debido a la presión inmobiliaria y la explotación privada, condenando a todo a un país a perder una de las principales fuentes generadoras de agua.
La especialista resaltó que durante años se ha dedicado a estudiar las memorias de Miguel Ángel de Quevedo, quien fue el primer investigador en crear un modelo de país basado en parques nacionales, zonas de reserva forestal y de veda , para asegurar que la generaciones futuras pudieran gozar de estos recursos y ser detonadores del desarrollo de la nación.
Desde fines del siglo XIX comenzó este modelo de sustentabilidad, y lo logró ver cristalizado en el sexenio de Cárdenas, también se reconoce la importancia de las cuencas hidrológicas de las partes altas de estas montañas, entendiendo que si no hay bosques no habrá agua.
En ese entonces, la riqueza forestal del país comprendía el 70 por ciento del territorio, acordando que algunas de estas zonas podían explotarse con moderación, pero en el caso del área montañosa donde se localiza el Nevado de Toluca, el Popo, el Iztacihuatl, deberían ser protegidas de los intereses de particulares, porque el mayor beneficio que se puede obtener es creando conjuntos habitacionales.
El cambio de categoría del Nevado de Toluca es tácitamente la posibilidad de generar casas en estos terrenos, porque se legitima la propiedad privada, los ejidos se pueden fragmentar y vender.
Se argumenta que el cambio se debió a que no pudieron conservar el bosque, y si de esa manera sufrió una supuesta devastación, permitiendo la explotación de sus terrenos, se le condena a desaparecer, ocurrirá lo mismo que en el Distrito Federal, se construirán viviendas carísimas, que sólo enriquecerán a unos cuántos, perdiendo toda responsabilidad con generaciones futuras.
Estamos tirando la riqueza y la viabilidad del país en pocos años, si permitimos que en el nevado de Toluca comiencen a explotarse sin aprovechamiento juicioso, vamos a vernos en problemas gravísimos de desertificación, concluyó.
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