Aquí hace falta para comer
Dos cuartos rodeados de madera, con un baño improvisado y unas escaleras hechas con escombro. Así es el lugar donde viven Alejandra, sus cuatro hijos y su esposo, una familia que apenas sobrevive desde antes de que llegara el coronavirus.
“Aquí desde hace años nos enfrentamos a morir por cualquier enfermedad no necesariamente por covid. No tenemos drenaje, no llega el agua, en esta zona no entran tan fácilmente las personas; nos hace falta la pavimentación, en tiempos de agua todo esto es lodo.”
El barrio del Cóporo, en Santa María del Monte, es una de las zonas donde el color del semáforo no importa. Aquí la prioridad no es el gel antibacterial, líquido sanitizante o caretas. Aquí hace falta para comer.
“Mi esposo era albañil, pero tiene dos años que no trabaja porque le dio una rara enfermedad que no tiene nombre. En sí él me ayuda a cuidar a los niños, va a recoger leña para venderla y pues yo me dedico a hacer quehacer en las casas.”
Alejandra comenta que todos los días escuchan del covid-19, sin embargo su situación económica no les permite ni siquiera comprar cubrebocas, por eso han improvisado algunos con pedazos de telas.
“Los niños traen su tela en la boca, se hace lo que se puede tratamos de lavarnos las manos, porque agua tampoco cae.”
Alejandra comenta que todos los días escuchan del covid-19, sin embargo su situación económica no les permite ni siquiera comprar cubrebocas
Desde hace dos meses, el trabajo se terminó para Alejandra: no hay quién quiera que haga quehacer en sus casas o que lave ropa, por ello echa mano de los árboles de capulín que rodean la montaña en donde vive.
“Ahorita con esta enfermedad que está, pues ya no voy a las casas porque están ahí o porque no tienen dinero también, por eso ahorita nos dedicamos a la venta de tamales de capulín; lo poco o mucho que se venda es de lo que echamos mano, es lo que nos ha mantenido.”
En un día, si la venta es buena, llegan a vender 400 pesos sin embargo a esa cantidad se le quita lo que invierten en la materia prima.
“Es muy poco que nos duren 200 pesos, que es lo que nos queda libre, porque gastamos en azúcar y el kilo anda en 25 pesos –ocupamos de cuatro a cinco–, las hojas andan en 28 pesos y llegamos a comprar hasta tres paquetes para que valga la pena la venta.”
Crece la pobreza en México
De acuerdo con un informe del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social, en 2019 en el Estado de México se registraron siete millones 564 mil 500 personas en situación de pobreza, que tienen rezago educativo carencias alimenticias y no cuentan con servicios básicos en la vivienda.
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El documento también detalla que, entre los meses de febrero y mayo de este año, el número de gente en pobreza extrema por ingreso habría pasado de 22 a 38 millones de personas, sin embargo se prevé que esta cifra llegue a los 62 millones para diciembre.
Ayuda alimentaria
El presidente del Banco de Alimentos del Estado de México, Alberto Canúl Juárez, informó que los últimos dos meses se registró un aumento del 10 por ciento en solicitudes de apoyos alimentarios en municipios como Valle de Bravo, Toluca, Zinacantepec, San Mateo Atenco y zona sur de la entidad.
“En Valle de Bravo les vamos a entregar despensas a alrededor de 100 personas, entre ellas vendedores que no tienen ingresos desde hace tres meses.”
Se tiene contemplado que durante agosto la ayuda pueda llegar a 14 municipios más, pero será de acuerdo al abasto de alimentos que se tenga en el próximo mes.
Municipios con pobreza en Edomex
En el Estado de México, Ixtapan del Oro, Luvianos, Donato Guerra y Villa de Allende son los cuatro municipios que registran entre el 81 y 100 por ciento de su población que vive en condiciones de pobreza. En tanto 16 municipios más reportan entre 5 y 40 por ciento de su población en situación de pobreza.
Esperanza entre la pobreza y el covid-19
Mientras los colores del semáforo cambian, las familias del Cóporo esperan una ayuda para mitigar aquella pobreza, esa que ha superado cualquier contingencia, esa que se niega abandonar a los niños, adultos mayores, mujeres y hombres que más lo necesitan.