El Estado de México fue escenario de la Operación Caudal, uno de los despliegues más amplios contra el huachicoleo de agua en el país. El operativo se realizó la madrugada del 24 de octubre, con el objetivo de interrumpir la venta ilegal del recurso.
La intervención fue coordinada por la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, la Sedena, la Marina, la Guardia Nacional, la Fiscalía mexiquense, la Secretaría de Seguridad estatal y policías municipales. También participaron Conagua y la CAEM. Las fuerzas federales ejecutaron cateos e inspecciones en 48 municipios.
La mira estaba puesta en la cadena de comercio ilícito del agua. Un negocio que opera desde hace años bajo la protección de sindicatos y líderes locales que lucran con un bien público.
Huachicoleo en la Delegación Moderna de la Cruz, Toluca
Uno de los puntos intervenidos por huachicoleo de agua con la Operación Caudal se ubica en Avenida Jesús Carranza, en la delegación Moderna de la Cruz, Toluca. El pozo, que funcionaba de forma clandestina, continúa asegurado y vigilado por cuerpos policiacos. Así mismo, mantiene los sellos con la leyenda «asegurado».
Vecinos de la zona aledaña al lugar de los hechos relataron que la clausura ocurrió de madrugada. Varias patrullas llegaron al sitio y el personal del local se retiró horas después sin volver a abrir.
«En la mañana ya no había nadie, estaban reportando, pasaban en las noticias que estaba clausurado», contó una habitante que ha vivido 11 años frente al predio. Afirmó que desde entonces observó actividad constante, sobre todo por las tardes, con hasta 15 pipas sin logotipos entrando y saliendo del lugar.
La actividad “llevaba mucho tiempo”, aseguró. Incluso una de sus vecinas, aseguró, compraba ahí el suministro del liquido vital. Ahora, dijo, dos patrullas resguardan el inmueble desde el pasado 24 de octubre.
Otro comerciante confirmó la operación irregular. Aseguró que al abrir su negocio, a las nueve de la mañana, ya encontraba en funcionamiento el predio con las pipas. Calculaba al menos ver entre siete y ocho unidades entrar y salir del lugar, también sin identificación visible.
Tras el operativo, el suministro por pipas desapareció en la zona. «Ahorita no vas a encontrar pipas de agua. Están cerrados todos los pozos», dijo otra vecina.
Con este operativo, las autoridades buscan desarticular la estructura detrás de estos puntos de extracción. No solo los pozos clandestinos. También a los intermediarios y sindicatos que han convertido la crisis hídrica en una fuente de ganancias.
Síguenos