El morenista alcalde de Ecatepec quizá piensa que es de demócratas, de estadista transformador y muy de izquierda agotar sus oportunidades de reelegirse y, cuando eso suceda, seguir en el poder colocando a su esposa en el cargo. Hace unas semanas, ordenó al responsable de la Comunicación Social del Ayuntamiento difundir los resultados de una encuesta inverosímil con más de 80 mil entrevistados en la que su consorte, la señora Esmeralda Vallejo, presidenta del DIF municipal desde hace 5 años, arrasa. Las peores prácticas de los peores gobiernos.
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Al ADN político del alcalde y las dos diputadas federales de Toluca es el mismo. Raymundo Martínez, Melissa Vargas y Teresa Castell son ramas del mismo árbol, los tres forman parte del mismo grupo de interés. Es el trumpismo tlacoyo, que ahora intentará hacerse del control de la estructura estatal priista y desde allí buscar la gubernatura. Sueños guajiros.
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Ahora que a fuerza de repetición y escándalo se ha logrado integrar a la conversación popular la integración y operación desde el poder de los llamados “cárteles inmobiliarios”, valdría la pena colocar la mirada sobre lo que ha sucedido en Calimaya durante los últimos 12 años. Un grupo político perfectamente identificado en el que convergen panistas, priistas y perredistas ha levantado fortunas francamente obscenas con el tráfico de tierras, permisos de construcción y venta de viviendas. Lo que sucede en la delegación Benito Juárez de la CDMX es cosa de niños comparado con esto. Si alguien sabe mucho al respecto, es nada menos que el alcalde Óscar Hernández.
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El debilitamiento político de Elías Rescala es dramático y, pudiera decirse, que hasta lastimoso. El otrora hombre fuerte del delmacismo, hombre de horca y cuchillo, que al mismo tiempo que destruía carreras encumbraba a sus amistades, ha pasado a ser en cuestión de semanas el apestado del momento. Al coordinador de la bancada priista en la Legislatura local se le acabó el poder faltándole un año en el ejercicio del cargo. Todo lo que sube tiene que bajar y, a veces, como globo desinflado.
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El operador de las cloacas del poder da síntomas de agotamiento, pero a la vez de temor. Persona francamente sin escrúpulos para actuar, está agazapado al no recibir señales claras de que permanecerá intocado. El hombre que por más de dos sexenios se hizo multimillonario al sentar los acuerdos con el crimen organizado y la delincuencia de cuello blanco en el Estado de México, está en el ocaso. Lo sabe y, aunque blofea con sus amistades en Morena, tiembla.