El Día de Muertos forma parte de la riqueza cultural en el Valle de Toluca, pues desde las tradiciones en los pueblos indígenas originarios del Edomex está presente el culto a los muertos.
Esta temporada se elaboran ofrendas –altares– para los difuntos, con aquellos alimentos y bebidas que en vida disfrutaban. Además, se agregan elementos –como velas, calaveras, fotos– para decorar todo el espacio.
Con sus particularidades, el culto a los muertos varía según la región y los antecedentes históricos.
Día de Muertos en Toluca
En Toluca, se lleva a cabo la Feria del Alfeñique, donde se venden diversas figuras de dulce de alfeñique, así como calaveritas de chocolate y otros productos representativos de Día de Muertos.
Entre las actividades de estos días, mucha gente va a velar a los panteones. En algunos lugares se realizan recorridos y se cuentan leyendas representativas.
En la comunidad de San Francisco Putla, en Tenango del Valle –a una hora del centro de Toluca– se siembra y cultiva la flor que posteriormente se vende para decorar altares, tumbas u otros espacios. Cempasúchil, alhelí y nube son de las principales.
En Metepec, artesanos elaboran catrinas, calaveras y más figuras de barro para decorar las casas y los altares. Y al igual que en Toluca, es tradición velar en los panteones.
Tradición cultural
Según los historiadores, en el Estado de México habitaron cinco pueblos indígenas: nahua, matlazinca, tlahuica, mazahua y otomí; los dos últimos fueron los más numerosos. Esta diversidad explica las variaciones regionales y culturales en torno a la celebración y colocación de altares de muertos.
En la tradición mazahua, señala Emma Alicia Vázquez en el libro Día de Muertos: tradición ancestral del Estado de México, era una celebración familiar.
Los nahuas creían que después de la muerte se iba al lugar donde permanecen los dioses. Por ello, los fallecidos eran enterrados con sus enseres y herramientas.