Cempasúchil, nube, alhelí y crisalia son las flores que tiñen los campos de San Francisco Putla, en Tenango del Valle, a una hora del centro de Toluca. También son las encargadas de atraer ganancias económicas para los floricultores durante el Día de Muertos.
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San Francisco Putla y la producción de flor
La comunidad de San Francisco Putla alberga a una población de 3 mil habitantes, donde 200 familias se dedican a la siembra y cultivo de flor que, posteriormente, venden en temporada de Día de Muertos.
Miguel Ángel Manjarrez, cultivador de alhelí, explicó que sembrar flores es una tradición de herencia familiar que busca mantener viva la temporada.
“En esta temporada las familias se ocupan en cortar la flor y venderla. Muchas dependen de los trabajos de esta temporada, que es una esta fecha en la que prácticamente todo el pueblo depende económicamente de la actividad”.
El señor Miguel empezó desde pequeño a trabajar el campo junto a su papá. Desde entonces incrementó el cultivo.
En un principio se sembraban de 10 a 12 surcos. En la actualidad, mantienen hectáreas de terreno que son utilizadas para la siembra de flor, maíz, brócoli, lechuga y coliflor, las cuales ayudan a mantenerse económicamente durante el año.
Siembras de flor. Foto: Uriel García.
Comienzan con labrar la tierra desde la primera quincena de julio, con la finalidad de que a mediados de octubre esté lista la flor para su venta y distribución.
Aunque los procesos de cuidado son complicados – empezando por deshierbar y agregar fertilizantes– la satisfacción llega cuando se ve la flor en su proceso final.
Venta de la flor
Manjarrez recuerda que años anteriores la venta de la flor no fue la que se esperaba. La pandemia modificó el modo de producción y venta. Por lo que él y su familia decidieron sembrar poco, porque aún persiste el temor de que la flor no se venda en su totalidad.
“El año pasado realmente hubo un costo importante, debido a que la producción no fue la esperada, por la pandemia. Muchas personas dudaban para sembrar; muchos no lo hicieron. Entonces el costo se incrementó de manera considerable”.
Sin embargo, en la comunidad de floricultores, este año la producción de flor fue mayor. Por lo que los costos podrán estandarizarse, sin que llegue a ser mal remunerado. Y es que los procesos de producción y cuidado son costosos.
“Es mal remunerado, porque se satura el mercado. Porque te cuesta 20 pesos el manojo; es un costo muy castigado por todos los gastos que se invierten en este cultivo”, explicó.
Por ello, invita a que las personas entiendan los costos de la flor, pues tienen que pasar por cuidados para evitar que el frío o la lluvia dañen los cultivos.
San Francisco Putla mantiene viva la tradición de flores. Foto: Uriel García.
Además, Miguel Ánguel Manjarrez señaló que el 100 por ciento de lo que cultivan se vende en la comunidad –a partir del 28 de octubre hasta el 2 de noviembre– principalmente a intermediarios.
“Son los que se llevan 50, 100 manojos, para puntos de distribución diferentes, ya sea la Central de Abasto, Tenancingo, Ixtlahuaca, Atlacomulco […]. Ojalá y se mantenga el precio del año pasado, o por lo menos haya un precio a todo el trabajo que se realiza”, finalizó.