La muerte de Cristian Gómez, rostro visible de Grupo Ancla, no fue daño colateral. Iban también por él. La doble ejecución en Metepec fue justamente eso, así se planeó. Esos homicidios podrían abrir una caja de pandora que deje al descubierto las relaciones de ciertos personajes de la política y la administración pública, hombres de negocios y organizaciones del crimen organizado.
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La historia de Cristian es alucinante. Empezó en el ayuntamiento encabezado por David López como empleado del catastro municipal, de donde salió para convertirse en empresario inmobiliario. Su éxito era atribuido a que pudo disponer de información privilegiada sobre el padrón de predios públicos y privados desocupados. Se le acusó de invadir y despojar de terrenos a sus legítimos propietarios con auxilio de una red de relaciones políticas y apoyados por notarios bribones. Después, gracias a sus nexos, brincó al negocio de los espectáculos donde escaló hasta controlar esa actividad en Metepec. Hay muchos puntos negros que deben ser aclarados.
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El expediente de Elohim Díaz Jiménez también es un thriller. Originario de Oaxaca y formado totalmente en los circuitos policiacos. Relacionado con Alfredo Castillo, con quien coincidió en Michoacán. Incorporado al Estado de México de la mano del fiscal José Luis Cervantes, quien lo hizo fiscal de Ixtapan de la Sal, Nezahualcóyotl y Cuautitlán y quien también terminó por destituirlo al ser señalado como uno de los contactos de “El Pecha”, operador de La Familia en municipios del Valle de Toluca, entre ellos Metepec. Las muertes de Cristian y Elohim podrían ser resultado de la disputa por la plaza que sostienen las mafias de La Familia y CJNG. Un asunto muy delicado.
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En el crimen organizado también hay reacomodos. Justamente en eso se inscribe la ola violenta que se padece actualmente en regiones específicas del estado. Se están peleando el control territorial dos grandes organizaciones. La “Operación Enjambre” ha recrudecido los enfrentamientos que distan mucho de cesar. Los días por venir serán muy complicados.
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Aunque parezca la fábula de Pedro y el Lobo, los cambios en el gobierno serán imposible de seguir postergando. Como toda medicina, será amarga, pero el gobierno no aguanta más sin ajustes mayores. El equipo no da para más y los compromisos con los grupos no pueden estar por encima de los intereses del pueblo. Delfina no puede seguir dudando. Su obligación es actuar.

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