El gobierno alemán guarda silencio respecto a un previsto acuerdo de seguridad con México, que incluiría una capacitación policial. Sin embargo ésta tiene lugar por lo menos desde el 2010.
Desde la desaparición de los 43 estudiantes del magisterio de Ayotzinapa, hecho en el que quedó constatado el vínculo de policías municipales con el crimen organizado, la policía mexicana está en la mira de la crítica. El caso sigue sin quedar esclarecido a los ojos de la opinión pública mexicana e internacional, con enormes dudas sobre la explicación oficial de lo sucedido. Adicionalmente, lo que ocurre en la práctica en el Estado de Guerrero no augura nada bueno. Sigue habiendo prófugos de la Justicia, como el ex secretario de Seguridad Pública de Iguala, Felipe Flores Velázquez, señalado como corresponsable del asesinato de siete personas y de la desaparición de los normalistas. Su exchofer y escolta, Jorge Berrios Flores, es el recién designado jefe de la Policía de Iguala.
Como pocos, un convenio en materia de seguridad entre Alemania y México ha recibido una gran atención de la prensa alemana y mexicana. Un portavoz del ministerio alemán del Exterior confirmó a DW que el gobierno alemán sigue con la mayor atención las dramáticas noticias provenientes de México sobre ejecuciones extrajudiciales que, se presume, fueron realizadas por fuerzas policiales: “Deseamos naturalmente que las autoridades competentes vayan al fondo, que identifiquen a los responsables y los lleven ante la justicia”.
Gobierno alemán guarda silencio
Según el ministerio alemán del Interior, responsable de las negociaciones de un convenio de seguridad entre México y Alemania, no hay información nueva. Sin embargo, el gobierno alemán se mantiene en las negociaciones. Algunos parlamentarios miembros de la gran coalición de Angela Merkel, que cuenta con una abrumadora mayoría en el Parlamento alemán –necesaria para aprobar dicho acuerdo-, se muestran convencidos de que a la luz de los acontecimientos en Guerrero un convenio de esta naturaleza es más necesario que nunca. “No se maneja ninguna exportación de armamento, sino exclusivamente de una cooperación para ayudar a contener la actuación de la criminalidad organizada. Alemania y Europa tienen un gran interés en esto”, afirma el diputado socialdemócrata Frank Schwabe.
Para la diputada Heike Hänsel, del partido de oposición La Izquierda, que al igual que Los Verdes se opone a dicho acuerdo, es un error negociar cualquier tipo de cooperación con las autoridades policiales mexicanas presuntamente implicadas en casos de graves violaciones a los derechos humanos. Un argumento similar sostiene el grupo de universitarios y activistas mexicanos y alemanes de la asociación México Via Berlín (MvB), que insiste en que “el peligro detrás del entrenamiento policial es la activación de mecanismos de legitimación de la política de seguridad del país receptor, y de fortalecimiento para la industria de seguridad del país donador”.
Más allá de las negociaciones y el contenido de dicho acuerdo de seguridad, que sigue siendo desconocido para la opinión pública, lo cierto es que la capacitación policial por parte de la Oficina Federal de Investigación Criminal (BKA) tiene lugar desde hace años. Una portavoz de BKA confirmó a DW que desde el 2010, dicha dependencia tiene registros de por lo menos siete entrenamientos policiales en México.
Experiencia desde 2010
Según un documento de MvB, “el entrenamiento alemán de policías mexicanos –que negocian actualmente la Procuraduría General de la República (PGR) y la BKA-, tiene como fundamento la experiencia desde 2010. MvB registró un total de nueve entrenamientos en los que han participado en total por lo menos 39 policías mexicanos, según información obtenida de la PGR. Entre los cursos impartidos en la Ciudad de México en mayo pasado figura el de “Técnicas y métodos en acciones policiacas”, en el que participaron miembros de la Policía Federal.
El gobierno de Berlín sostiene que las misiones de fuerzas policiales en el extranjero son un instrumento de la política exterior alemana y de la Unión Europea (UE). Grupos de la oposición critican que este tipo de misiones no requieran de ningún tipo de control parlamentario. También preocupa que las competencias policiales y militares se mezclan cada vez más en misiones de la UE en regiones en crisis, de manera que los policías enfrentan situaciones de peligro, lo que se traduce en un equipamiento de la policía similar al militar.
La Oficina Federal de Investigación Criminal (BKA) está activa en numerosas regiones en crisis en donde apoya con inteligencia y capacitación policial. Actualmente cuenta con 67 funcionarios “de enlace” en 54 países, entre ellos uno en Ciudad de México.