Cruz Azul: las entrañas de la autodestrucción (primera entrega) 

La vergonzosa, humillante e histórica goleada que recibió el Cruz Azul del América no fue producto solamente de la casualidad

Apariciones 

La vergonzosa, humillante e histórica goleada que recibió el Cruz Azul del acérrimo y odiado rival –América– no fue producto solamente de la casualidad, sino de la causalidad provocada por decenas y decenas de errores en cascada que la nueva dirigencia comenzó a cometer luego de finalmente volver a ganar un título.  

Y aunque en este futbol nuestro de cada día hay dirigencias de clubes que de poder a poder” se pelean por ser la peor y más ignorante de las ligas, la nueva versión de directiva del Cruz Azul –en la era post Billy– puede patentar el manual de cómo destruir a un equipo que fue campeón”.   

Si la soberbia es mala consejera, los asesores” de Velázquez y Marín son peores que la peste bubónica a la hora de tomar decisiones que involucran temas deportivos. No podía ser de otra manera, el futbol no es un tema de abogados, no es un tema de llenar oficios, armar expedientes, pedir favores o consejos al magistrado y presidente del Tribunal Federal de Justicia Administrativa, el licenciado Rafael Anzures Uribe, desde donde “coincidentemente” se resuelven muchos casos que tiene abiertos la cooperativa Cruz Azul, lo que significaría un evidente conflicto de interés que se ha pasado por alto. 

El villano desconocido

Estoy hablando concretamente del joven abogado Rafael Anzures Ortiz, el sensei”, el gurú”, el pepe grillo” de Velázquez y Marín, es el poder detrás del trono. Es el titiritero que maneja las marionetas de este circo en que se ha convertido el equipo Cruz Azul. Nada se mueve en el equipo desde hace unos meses si este abogado no da el visto bueno, él decide, levanta o baja el pulgar y los cooperativistas que están hoy al frente ejecutan sus órdenes

Rafael Anzures Ortiz / Foto: especial

Consultamos a varios personajes muy reconocidos en el medio de los abogados, y la mayoría coincide; muy pocos éxitos legales hubiera cosechado Anzures Ortiz, a no ser por las influencias de su padre, quien a decir de nuestras fuentes lo recomendó para ocupar esa posición de privilegio que tiene litigando para la cooperativa. “Litigar con manto protector de un magistrado, no tiene chiste”, me dijeron. 

Si Anzures Ortiz, este joven y presuntuoso abogado era poderoso e influyente con la nueva dirigencia de los cooperativistas, en los últimos meses esta se acrecentó. El motivo, la salida de Julio Scherer del gabinete de López Obrador. Era a este poderoso personaje al que Azures y el resto de los abogados de manera velada y subterránea le rendían cuentas. 

Recomendación poderosa 

Cuando Scherer se fue, los jóvenes abogados se quedaron al frente sin rendir cuentas a nadie. Es más que un rumor a voces que el hijo del fundador del semanario Proceso es a quien se le atribuye la autoría intelectual para la recuperación de la Cooperativa; arrancándosela al “cartel Álvarez Cuevas”, como lo calificaban los antiguos disidentes.   

Fue a recomendación y solicitud expresa de Julio Scherer que llegó Álvaro Dávila a hacerse cargo de la presidencia del equipo. El abogado tenía la certeza de que su amigo y, cantautor del tema Brujería”, cumplía a cabalidad con el perfil. Tenía amplia experiencia, capacidad, buena relación con los jefes de Doña Tele y Doña Fede; así como con los medios, esas fueron las razones que le expuso a Víctor Velázquez y José Antonio Marín, quienes tuvieron que acatar la sugerencia” y recomendación
  

Pero esa decisión tuvo impacto en las entrañas. En Velázquez y Marín, pero sobre todo el abogado Anzures Ortiz, pues estos ya tenían un candidato, que tuvieron que echar para atrás. Pretendían subir de grado a Jaime Ordiales, ya que este le había absorbido el cerebro tanto al abogado como al ingeniero, aprovechándose que de futbol no tenían, ni tienen la más remota idea. Como no pudo ser su “delfín”, pasaron al plan “B”, lo dejarían en el puesto de director deportivo y prácticamente como “oreja”, así sabrían qué planeaba, decía o pensaba Álvaro Dávila, el ungido de Scherer.  

¿Reynoso o Hugo?: la elección 

Empezaron las reuniones y las decisiones semanas antes, incluso antes del nombramiento oficial de Dávila como presidente del equipo. Por la renuncia de Siboldi tenían que decidirse por nombrar a un director técnico. Ordiales puso dos nombres en la mesa: pero tenía ya un consentido y prácticamente elegido: Hugo Sánchez Márquez.  

Con Gabriel Gerberoff, gente de José Manuel Sanz, que representa al  “penta pichichi” ya habían hablado de condiciones y temporalidad. Solo faltaba el “sí” de la cooperativa. “Todos los medios hablarían de Cruz Azul, necesitamos algo así de mediático como Hugo Sánchez, que bien asesorado y con refuerzos va a funcionar muy bien”, nos dicen les habría dicho Ordiales a los cooperativistas para convencerlos. Aunque al final, le tuvo que decir que no, argumentándole al hoy comentarista de ESPN que ya no tenían presupuesto. Lo cual no era del todo cierto, pero sirvió de pretexto.  

Álvaro Dávila tenía una idea muy diferente. Para él, Cruz Azul necesitaba alguien que conociera las entrañas de la institución, alguien de perfil bajo, pero capaz de hacer un buen grupo y con probado trabajo de cancha. Su candidato era Juan Reynoso, campeón con el equipo en 1997 y quien había salido sorpresivamente del Puebla después de hacer una gran campaña con un modesto plantel. Sí, él iba a estar al frente, asumiría todas las mentadas o los aplausos, pero sería con su decisión.  

No pudieron ir entonces en contra de la decisión del recomendado y aceptaron la elección de Reynoso como técnico, que de paso se convirtió en el timonel de menor salario del equipo de al menos las últimas dos décadas. Eso sí, con la promesa de mejorar el sueldo sustancialmente si se lograban resultados satisfactorios, como al final sucedió.  

Corona, señalado

Otro tema a resolver era el caso de José de Jesús Corona, en esa enorme “sabiduría” de los tinterillos azules, estaban convencidos de que el arquero era una manzana podrida, que se habría “vendido” para no jugar en la semifinal de la voltereta milagrosa ante Pumas, que los eliminó.  Así estaban de paranoicos de una posible influencia de Billy sobre los jugadores. ¿Por qué no sospechaban de Ordiales al que el exdirigente sí llevó? Era irracional, este tema. 

Algunos de las decenas de abogados de la nueva cooperativa de Cruz Azul aseguraban a sus amigos y periodistas cercanos que Corona habría fingido tener covid-19 para no jugar ante Pumas. Incluso afirmaban que el arquero había recibido llamadas del mismo Billy Álvarez pidiendo que no debían llegar a la final.  Los leguleyos perjuraban tener incluso evidencias, audios de esas supuestas llamadas y hablaron con algunos colegas prometiendo entregarlas como pruebas irrefutables del complot. Sin embargo, fue jarabe de pico” estos audios NUNCA aparecieron y hasta dejaron de responder sus teléfonos a quienes se los prometieron

Eso sí, Víctor Velázquez lanzó un videocomunicado pusilánime lleno de acusaciones, y dichos  sin mostrar una sola prueba: “La peor derrota de la historia”  ,dijo en ese momento y acusó falta de profesionalismo de los jugadores. Por eso renunció Siboldi. Las acusaciones eran graves y los jugadores se sintieron SIN ningún respaldo.

«Nos traicionó Ordiales”

Dos jugadores de aquella plantilla nos aseguran que fueron a hablar con Jaime Ordiales, pues pensaron que él como director deportivo los respaldaría, porque fue jugador, pero nos aseguran que NO lo hizo. De hecho, siguen enojados con el hoy flamante director de Selecciones Nacionales. Ese traidor ojete nos abandonó, NO hizo nada, se puso del lado de la directiva. Algunos le mentaron la madre y le prohibieron entrar al vestidor. Otros incluso, en aquel momento, lo queríamos agarrar a madrazos por culero. Y todavía cínico, declaraba como si todo estuviera a toda madre entre él, nosotros y Juan. Parece buena persona, no es lo que aparenta ser, pero no lo es eso a todos nos queda claro. A ver a cuántos traiciona en las selecciones”

Sobre las versiones de estos dos jugadores, no con las mismas palabras, pero sí con el fondo de lo sucedido dio declaraciones Pablo Aguilar a la cadena PCTV, mencionando el abandono de Jaime Ordiales y lo que unió del grupo. En esa guerra, abogados y dirigentes de la cooperativa buscaban culpables y querían echar a Corona sí o sí. Álvaro Dávila abogó por él y mucho más el propio Juan Reynoso. Lo necesitaba por su experiencia y liderazgo, además no había ninguna prueba en contra de ese supuesto complot, solo eran especulaciones. El grupo agradeció el gesto, se unificó manteniendo la decisión de que Jaime Ordiales no podría ingresar al vestidor con ellos. Ante los medios fingirían ser una familia unida y feliz. Entonces el enfrentamiento Ordiales contra Dávila se hizo insostenible. Uno decía blanco, el otro negro. Eran agua y aceite.

Dilema y título

Vino un tema determinante: “O se va Ordiales o me voy yo. Si no doy resultados me voy al final, pero yo decido”, les habría dicho Dávila a los cooperativistas. Era obvio que NO cabían los dos juntos. El recomendado de Scherer ganó ese round. No echaron a Ordiales,  solo lo nombraron asesor de la directiva, le siguieron pagando un gran sueldo y ahí permaneció a la expectativa, zopiloteando” con la anuencia de los dirigentes. El abogado Anzures Ortiz había perdido la batalla, pero no la guerra. En cuanto pudiera se las iba a cobrar y eso sucedió meses con la salida de Scherer Ibarra del gobierno.  

Pero en ese “inter”, ya sin Ordiales haciéndole “mosca”, Álvaro Dávila pudo traer a su gente de confianza con la que trabajo en Morelia y se notaron los cambios. Por primera vez en años, los refuerzos a Cruz Azul llegaron a tiempo, no a media temporada. Sin gastar dinero, como era costumbre recuperaron a Pol Fernández, Walter Montoya y Bryan Angulo, que eran ya jugadores propios. El equipo fue de menos a más y logró finalmente el ansiado título después de 23 años de espera. 

Todo era felicidad, Reynoso se ganó una suculenta y justa renovación de contrato. Se habían quitado una inmensa losa que cargaron a cuestas por más de dos décadas.  El título serviría para respirar y reestructurar las fuerzas básicas que había destruido Robín Álvarez, por lo menos ese era el plan. Los nuevos dirigentes podían presumir que habían acabado con la “maldición de Billy”, eso le venía de maravilla a la cooperativa, parecía en tiempo ideal para reconstruirse, solo pareció…  

Lucha sangrienta

A la par del éxito deportivo, las luchas intestinas al interior de la cooperativa seguían su curso. La planta de Hidalgo, donde todo comenzó seguía en poder de los llamados “mini-billys”. Era una planta sin ley, sin orden donde toda la producción se vendía y revendía sin control alguno. Era el huachicol del cemento, con las millonarias ganancias se mantenía el secuestro y a los ahora nuevos disidentes. 

Todo era un caos, de las amenazas entre los grupos cooperativistas pasaron a los hechos. Un comando armado irrumpió una madrugada con armas largas pretendiendo tomar el control. La tragedia apareció esa madrugada en Ciudad Cooperativa Cruz Azul, las fuentes oficiales reportaron ocho muertos, que en teoría defendían la planta. Las versiones extraoficiales hablaban de un número mayor de muertos

Los grupos antagonistas se culparon mutuamente. Lo cierto es que los muertos estaban ahí, la justicia y los culpables de sus muertes siguen impunes. El último bastión del llamado Cartel de los Álvarez” seguía conservando una plaza como Ciudad Cooperativa Cruz Azul, manchada con sangre. Demandas y más demandas, sentencias y más sentencias sobre personajes de la cooperativa aparecían por docenas semana tras semana. 

Billy Álvarez y demás imputados seguían prófugos, aunque de pronto reapareció en un video del exdirigente dando un mensaje. Muchos dudaron de su temporalidad, le habían borrado los metadatos para que no se supiera en qué fecha había sido grabado, pudo ser ese día o meses atrás como estrategia de sus abogados. La ambición y un negocio multimillonario seguía en disputa, librando, quizá, sus últimas batallas. 

El principio del fin 

En lo deportivo, un nuevo torneo comenzó. El equipo de Dávila, por lo menos en la teoría, logró hacer buenas negociaciones para equilibrar las bajas de jugadores importantes, que no se fueron libres porque se quedaron sin contrato. Hizo buenos cambalaches donde pareció sacar ventaja, llegó Charly Rodríguez por Romo de Rayados, recibió de Chivas a Antuna por Alvarado y por 4 millones de dólares se hizo del contención revelación de Pumas, Erik Lira, de entonces 21 años. Era una buena apuesta de venta futura por la edad.  

Por lo menos en el papel pintaba bien el equipo, pero desde el escritorio de Velázquez, el abogado Anzures ya había bajado el pulgar, decidió que era hora de tomar venganza. El equipo le valió un cacahuate. El 9 de febrero del 2022, menuda sorpresa se llevó el equipo de Álvaro Dávila; al llegar a las instalaciones de la Noria: a Héctor Lara, director de operaciones a Gabriel Saucedo, director de finanzas; y a Edwin Victoria, director de comunicación, no los dejaron ingresar a sus oficinas, sin explicación alguna. Hasta hace unas semanas, ni siquiera sus equipos de cómputo –que eran propios– les habían entregado después de meses de ser despedidos. 

Antes por separado ya habían citado a Dávila para echarlo y buscar una renuncia fingida” por temas personales, que se vio más falsa que un billete de 35 pesos.  Días antes ya habían decidido que Jaime Ordiales, tomaría su lugar y el poder, a pesar de su pésima relación con los jugadores y su nula comunicación con el técnico. Juan Reynoso, sin imaginarlo se había quedado solo, su suerte estaba echada, su salida era simple cuestión de tiempo. Empezaba la autodestrucción del equipo campeón. 

¿Aficionados o rufianes?

En la próxima entrega les platicare los detalles de cómo echaron a Reynoso recibiéndolo y lo recibió gente con armas largas dentro de las oficinas de Gran Sur. Lo amedrentaron, lo sobajaron y no querían liquidarlo y lo que le ofrecieron. Hablaremos sobre el trato inhumano que sufrió su auxiliar Joaquín Velázquez, a quien en el club sentenciaron y echaron sin respetar la presunción de inocencia y la defensa del club que en controversias de Doña Fede hizo Anna Peniche, hoy su flamante abogada del Cruz Azul y quien está acusada por usurpación de funciones, uso de documentos falsos y más en la denuncia penal que tiene viva Fidel Kuri Grajales en Veracruz.  

Hablaremos de cómo es que llegó Diego Aguirre, la contratación de “paleros” para apoyar su llegada y del tema del regreso de “Cabeza” Rodríguez al América y no al equipo cementero como era el plan original del jugador y su representante. Como ven, hay mucho todavía que contar en esta historia, un ejemplo perfecto de autodestrucción. Aunque se han hecho cosas muy mal, nada absolutamente nada justifica las amenazas a jugadores por parte de algunos rufianes, simples pseudo aficionados que no han entendido que no son dueños de nada ni de nadie. Irle a un equipo o pagar un boleto no les da la propiedad. ¿Pueden estar enojados? ¡Sí! ¿Pueden protestar? ¡Claro¡ pero sin romper las barreras, lo sucedido el lunes no fue de aficionados, fue una actitud de delincuentes y eso es sumamente peligroso.

Hasta la próxima entrega… 

Hay tres clases de ignorancia: no saber lo que debiera saberse, saber mal lo que se sabe, y saber lo que no debiera saberse”. 

François de La Rochefoucauld

*Si das clic en los textos marcados en rojo, te remitirá de manera directa a los links de la información a los que hace alusión nuestro columnista.