El estado del inmueble que se habita puede incidir directamente en la salud de las personas. Así lo señala Susana Bianconi, doctora en Diseño, quien subraya que, desde el punto de vista arquitectónico, la vivienda influye de manera determinante en el bienestar físico y emocional de quienes la ocupan.
En ese contexto, la implementación del programa Casa por casa representa una oportunidad para conocer las condiciones reales en las que viven las y los ciudadanos. A partir de la identificación de sus padecimientos y necesidades específicas, es posible detectar fallas en los inmuebles que pueden estar relacionadas con problemas de salud y, a partir de ello, impulsar mejoras, en especial en el caso de personas adultas mayores o con alguna discapacidad.
Un espacio con humedad, filtraciones de agua o mala ventilación no es apto para una vida saludable. Además, el entorno doméstico también impacta en el estado emocional: una vivienda en buenas condiciones, con mayor iluminación natural o la incorporación de plantas, puede mejorar el ánimo, ayudar a eliminar malos olores y brindar una sensación de confort, además de embellecer el espacio.
La puesta en marcha del programa Casa por casa por parte de la Secretaría de Salud atiende dos frentes de manera simultánea: contribuir a mejorar la salud de la población y detectar si el inmueble es un factor que, lejos de ayudar, puede agravar los problemas de salud.
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