Miles de policías neoyorquinos dieron la espalda el domingo al alcalde Bill de Blasio mientras elogiaba a un agente asesinado junto con otro compañero, en un nuevo desaire al funcionario a pesar de los ruegos del jefe de la policía de que dejaran la ira a un lado.
El alarde de desdén se produjo frente a la casa funeraria donde se recordó al agente Wenjian Liu como la encarnación del sueño americano: inmigrante de China a los 12 años, se dedicó a ayudar a los demás en su país adoptivo. El gesto acrecentó la tensión entre el alcalde y los agentes que miraban su discurso en una pantalla, aun cuando él intentó tranquilizarlos.
“Avancemos al fortalecer los lazos que nos unen y trabajemos juntos para alcanzar la paz”, afirmó de Blasio durante el funeral.
Liu, de 32 años, trabajó de policía siete años y tenía sólo dos meses de casado cuando lo asesinaron con su compañero, el policía de origen puertorriqueño Rafael Ramos, el 20 de diciembre del 2014. Liu deseaba desde hacía mucho tiempo ser policía y esa aspiración se acrecentó con los atentados terroristas del 11 de septiembre del 2001, dijo entre lágrimas su padre Wei Tang Liu.
Cuando terminaba su jornada de trabajo, Liu llamaba por teléfono y decía: “Ya voy para la casa. Puedes dejar de preocuparte”, recordó su padre durante una ceremonia religiosa que combinó la tradición de la policía con referencias a las enseñanzas de Buda. El agente asesinado era hijo único.
Funcionarios de alto rango, como el director del FBI, James Comey, y diversos legisladores se sumaron a los agentes que llegaron de diversas partes.
“Cuando uno de nosotros pierde la vida, debemos unirnos”, dijo el policía Lucas Grant, de la oficina del condado Richmond en Augusta, Georgia.
Después de que centenares de agentes dieran la espalda a una pantalla de televisión en la que salía de Blasio mientras hacía declaraciones durante el funeral de Ramos efectuado la semana pasada, el jefe de la policía, William Bratton, envió un memorando en el que les solicitó que mostraran respeto y dijo que “lo principal en el funeral de un héroe es el luto, no la queja”.
(www.elnuevoherald.com)