En una casa de fachada discreta, escondida entre las calles estrechas de San Miguel Apinahuizco, una señora de la tercera edad —que pide anonimato— revisa los botes vacíos que apartó hace dos semanas, cuando fue avisada del corte. No queda mucha.
“Para bañarme ya no uso la cubeta. Me doy jicarazos”, cuenta con una mezcla de resignación y cansancio. En su cocina, los trastes ya no se lavan bajo la llave: se tallan en pequeñas bandejas, apenas con lo necesario. Los sartenes dejó de mojarlos; ahora, solo los limpia con servitoallas de veinte pesos. “Las más baratas, pero ya es gasto”.
Su rutina, trastocada por completo, resume lo que ocurre en decenas de colonias de Toluca: hogares donde el agua dejó de ser un servicio básico para convertirse en un cálculo diario de litros, pesos y paciencia.
Vivir sin agua: rutinas rotas y gastos que se desbordan
El desabasto, explican las autoridades municipales, se debe a la rehabilitación del tanque de San Miguel Apinahuizco, que no había recibido mantenimiento en más de 20 años. El ayuntamiento asegura que el suministro se restablecerá hasta el 25 de noviembre.
Mientras tanto, los vecinos hacen lo que pueden.
AD Noticias recorrió varias de las colonias más afectadas. En Apinahuizco, donde vive la señora entrevistada, las historias coinciden: tinacos vacíos desde hace una o dos semanas, purificadoras que empiezan a agotarse y familias que operan con lo mínimo para resistir.

La mujer explica que intentó solicitar una pipa gratuita. La registraron y le pidieron domicilio y NIP para comprobar que paga a tiempo, pero aún no hay fecha para recibirla. La alternativa es comprar pipas particulares de entre 3 000 y 3 800 pesos por 10 000 litros.
“Qué bueno que somos pocos ya… si tuviéramos aquí a los hijos, no alcanzaría”.
Colonias enteras resistiendo
En las calles de la zona, otras vecinas repiten el mismo diagnóstico.
Una mujer señala que llevan semana y media sin una gota:
“No nos han mandado, como dijeron. Pipas seguidas, dicen… pero no”.
Otra habitante explica que su familia —15 integrantes— compra entre ocho y 10 garrafones cada tercer día, a 25 pesos cada uno. Cada litro cuenta. En las escuelas, las y los adolescentes evitan usar los baños; no hay agua para limpiarlos y se lavan las manos con gel antibacterial.

Negocios pequeños, como recauderías, también comienzan a resentirlo: no hay forma de mantener limpios los espacios sin agua. En una familia de ocho, bañarse diario quedó descartado, y lavar ropa es imposible.
Los gastos invisibles del desabasto
En hogares más numerosos, la carga económica se vuelve brutal.
Una señora que vive con 10 familiares describe que, al no poder lavar trastes, compra desechables cada tercer día: vasos, platos, cucharas. Los garrafones subieron de 22 a 35 pesos desde que comenzó el corte.
Hace unos días, pagó una pipa de 3 800 pesos. “Antes costaban 1 000”. También recuerda que en marzo vivieron lo mismo, por obras en otro punto de la red. “Se nos descontrola todo: la economía, la rutina”.

El agua de la pipa la hierven para cocinar. Los baños son rápidos y contados.
¿Qué pasa con el tanque de Apinahuizco?
El tanque —que rebombea agua a La Teresona, Los Gigantes, San Miguelito, Agustín Millán, San Bernardino y Calvario— está en proceso de rehabilitación, que incluye limpieza profunda, resane de grietas y recubrimiento interno, informó el director del Organismo de Agua y Saneamiento, Alberto Isaac Valdés Ramírez.
La obra afecta a colonias como La Unión, Las Haciendas, Morelos, San Luis Obispo, Infonavit Tollocan y parte del Centro Histórico poniente.
¿Cómo pedir una pipa?
Mientras continúan los trabajos, el Ayuntamiento de Toluca informó que las familias pueden solicitar pipas gratuitas al 722 275 5700. El organismo añadió siete unidades extra para cubrir zonas críticas, aunque vecinos denuncian retrasos y listas de espera que no se cumplen.
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