Detallan la masacre en Tlatlaya

El diario digital más importante de México, Sin Embargo, publica hoy una amplia y detallada crónica del periodista Humberto Padgett sobre lo sucedido en Tlatlaya el pasado 30 de junio, por considerar un trabajo periodístico de extraordinaria calidad que ayuda a entender lo que pasó, reproducimos parte del texto que puede consultar en la dirección: […]

El diario digital más importante de México, Sin Embargo, publica hoy una amplia y detallada crónica del periodista Humberto Padgett sobre lo sucedido en Tlatlaya el pasado 30 de junio, por considerar un trabajo periodístico de extraordinaria calidad que ayuda a entender lo que pasó, reproducimos parte del texto que puede consultar en la dirección:

“¿NO QUE MUCHOS HUEVOS, HIJOS DE SU PUTA MADRE?”

975 metros por segundo. Esa es la velocidad alcanzada por una bala de fusil AR-15 como las descargadas contra Miguel Ángel Rodríguez Viviano, un muchacho de 17 años originario de Ajuchitán del Progreso, Guerrero. Fue el primero en ser ejecutado en Tlatlaya por un militar, quien luego sembró esa arma junto al cuerpo de otro para así cuadrar la escena en la masacre que usó como coartada un enfrentamiento.

Agentes del gobierno del Estado de México, dicen ahora las investigaciones, estaban allí. Ellos torturaron a otro testigo para que no hablara y ayudaron a encubrir el crimen. Pero Eruviel Ávila ordenó “guardar” durante más de una década el caso, lo mismos que la PGR y las Fuerzas Armadas.

SinEmbargo presenta la reconstrucción de los minutos de la matanza con base en el conjunto de declaraciones y peritajes –declarados como “confidenciales” por el Gobierno federal y del Estado de México–. En las 268 páginas del apretado texto pericial, se observa el horror de una madre al encontrar a su hija de 15 años agonizante, y luego muerta.

O se distingue a un muchacho de 17 años tratando de detener, con sus manos, la muerte lanzada como un relámpago por un militar mexicano a velocidad de 975 metros por segundo.

El expediente revela más: que hay otros involucrados en esta tragedia (que descarriló el gobierno de Enrique Peña Nieto como la de los 43 normalistas desaparecidos) y siguen libres.

Uno de esos que no han pagado es el coronel Castro. Eso dice la evidencia…