En el informe de gobierno de la alcaldesa de Chimalhuacán, Xóchitl Flores Jiménez, volvió a ocurrir algo que en la política mexiquense ya parecía improbable: la reaparición, lado a lado, de Horacio Duarte e Higinio Martínez, dos de los protagonistas más influyentes —y más comentados— dentro del morenismo.
La estampa llamó la atención. No solo porque llevaban tiempo sin coincidir en un mismo escenario, sino porque ambos se han convertido en polos de una conversación política donde los matices pesan tanto como los silencios.
Durante su intervención, Duarte optó por la sobriedad: agradeció la presencia del senador y nada más. Una frase breve, casi quirúrgica, suficiente para alimentar la lectura de que algo se mueve —o se acomoda— dentro del bloque gobernante.

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