El caminar en círculos de los migrantes

Toluca, Estado de México; 20 de octubre de 2018. Las malas condiciones socioeconómicas de diversos países de Centroamérica generan desplazamiento de la población hacia zonas más seguras del mismo país, sin embargo, cuando ninguna región interna ofrece las condiciones necesarias para salvaguardar la integridad de las personas, los desplazamientos se extienden afuera de las fronteras […]

Toluca, Estado de México; 20 de octubre de 2018. Las malas condiciones socioeconómicas de diversos países de Centroamérica generan desplazamiento de la población hacia zonas más seguras del mismo país, sin embargo, cuando ninguna región interna ofrece las condiciones necesarias para salvaguardar la integridad de las personas, los desplazamientos se extienden afuera de las fronteras que constituyen la propia nación.

Por encima del instinto de la seguridad, la sobrevivencia se coloca como el objetivo primordial de miles de personas, quienes deben preservar su vida y la de sus familias. En las últimas horas, una oleada de migrantes centroamericanos, primordialmente hondureños, -señalan los medios informativos que se han desplazado a la zona- cruzaron por la fuerza la frontera entre Guatemala y México.

Con la unión americana como destino final, esperan que México abra la frontera para iniciar el recorrido de aproximadamente 3,500 kilómetros hasta lo que vislumbran como una posibilidad de mejorar sus condiciones de vida, la de sus hijos y la de, eventualmente, los familiares que quedaron en su país de origen.

Las autoridades han declarado que sólo permitirán la entrada al país a quienes tengan documentos en regla o reciban una visa humanitaria, para ellos el éxodo ha comenzado: los migrantes han empezado a entrar y han sido dirigidos en autobuses a albergues en Chiapas, otros, dos mil aproximadamente, han vuelto a su país.

Muchos de los migrantes manifiestan la imposibilidad de volver a su país porque temen por su vida, esta es una de las causas que le permitirían obtener una visa humanitaria, tal como se puede ver en testimonios.

La marcha, el avance, no ha sido y no será para ellos una tarea fácil, en especial porque México tiene problemas parecidos a los de su patria, en este país existen aproximadamente 700 mil desplazados forzados internos, personas que salen de sus lugares de origen debido a conflictos armados internos, inestabilidad político-militar, desastres naturales o desplazamientos dirigidos.

Además, de otras miles de personas que pretenden llegar a los Estados Unidos de América de Donald Trump, presidente que desde campaña planteó su postura de rechazo, su intención de colocar un muro, una política antinmigrante categórica.

Encontrarán personas a favor y en contra, hallarán albergues y delincuencia; corrupción y rechazo, porque esta crisis humanitaria arranca las opiniones más arraigadas de un sistema capitalista que coloca a los seres humanos en el dilema moral de decidir entre la sobrevivencia de uno mismo o del otro.

El hecho innegable es el origen de la migración, condición irremediable que se mira casi imposible de arreglar y que se mantendrá en el camino de los que se van y que, al final, quizá arriben a un lugar parecido, cual si se caminara en círculos.