Ellos no salieron: crónica de una enfermera en el sismo

El personal del cuarto piso del hospital Adolfo López Mateos observó cómo sus compañeros desalojaron el edificio mientras ellos aguardaban su suerte junto a sus pacientes

Mientras realizaba los cuidados de los pacientes más graves con coronavirus en el cuarto piso del Centro Médico Adolfo López Mateos, Dalia Itzel Jiménez, que trabaja ahí como enfermera, nota que la cama de su paciente se mueve.

Es el 23 de junio, son las 10:29 de la mañana y un sismo con epicentro en Oaxaca se hace sentir en uno de los hospitales covid del Estado de México.

A la de por sí pesada y angustiante tarea de procurar pacientes entubados con síntomas graves de covid-19 se suma la incertidumbre de saber si el edificio colapsará. Durante unos segundos la idea de salir pasa por su cabeza: “no alcanzábamos los accesos de evacuación, desde las ventanas vimos a nuestros compañeros salir”.

“Nunca sonó la alarma, la doctora me tomó y fuimos a la zona segura”

Dalia narra cómo se quedó pasmada cuando se dio cuenta de lo que estaba pasando. Una doctora que se encontraba tomando muestras junto a ella la sacó de su trance y la llevó a la zona segura: “algunos compañeros sufrieron crisis de ansiedad, el cubrebocas N95 provoca que se recicle el dióxido de carbono dando la sensación de asfixia”.

Al igual que Dalia, el resto del personal conoce su trabajo a la perfección y sabe que no hay tiempo que perder: “tuvimos que integrarnos inmediatamente, a los 5 minutos seguíamos trabajando”.

Pero el miedo a una réplica continuaba: “entre nosotros platicábamos, la opción es subir al quinto piso y si el edificio colapsa esperar a que nos rescaten”. Las reducidas salidas de emergencia y el peligro de exponer a sus compañeros al equipo de protección personal contaminado los pone en un predicamento.

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De acuerdo al gobernador de Estado de México, Alfredo del Mazo, el Hospital Oriente del Instituto Mexicano del Seguro Social y el Hospital General de Chalco presentaron cuarteaduras y fisuras después del sismo. El Centro Médico Adolfo López Mateos fue inaugurado en el 2006 por lo que se trata de una estructura aún reciente y no presentó daño en su estructura tras el sismo.

Nosotros también estamos luchando

Al terminar de platicar su experiencia, Dalia recuerda una publicación en redes sociales: una foto del personal de la clínica 220 del IMSS en Toluca, quienes tampoco salieron de las instalaciones.

“A veces creo que nos hacen un poco de lado, nosotros tenemos una política de cero rechazos y en este hospital aceptamos a cualquiera que lo necesite”.

Dalia se presentó al día siguiente a laborar normalmente llevando con ella el miedo a las agresiones por parte de la sociedad civil; el miedo al riesgo permanente de contagiarse o contagiar a un ser querido. Y a estos miedos ahora se le suma uno más: un nuevo temblor.
Sin embargo, continúa luchado.