El incremento de las cifras a nivel nacional sobre delitos de alto impacto tiene varias causas que el gobierno no ha sabido encausar para una solución más o menos posible. Delitos como: robo vehicular, robo a casa habitación, violación u homicidio culposo colocan al Estado de México en la cabeza de las cifras que el Observatorio Nacional Ciudadano de Seguridad y Justicia presentó en su Reporte sobre delitos de alto impacto.
Algunos de los detonantes de estas cifras tienen que ver regularmente con la lucha entre grupos de delincuencia organizada y de estos mismos contra el Gobierno para el control de territorios.
Aunado a esto la debilidad institucional para el combate del delito y la corrupción de servidores públicos desde los altos mandos hasta policías municipales y la sociedad que paulatinamente ha cedido a la delincuencia por miedo o facilidad de ingresos económicos.
Finalmente la minimización del aumento de la inseguridad, la violencia y la delincuencia que el Gobierno encubre sesgando el derecho a la información que provoca un oscurecimiento de la realidad que vive el país. Los sistemas anticorrupción y contra el lavado de dinero implementados por el Gobierno simulan trabajar contra éstos problemas porque no se reconoce la profundidad de la crisis institucional en que está sumergido el país.