Texto y fotos: Aventado Escutia
Estas fotografías podrían parecer estéticas desde cierta perspectiva. Fueron tomadas al atardecer, con una luz cálida, con lo que se logró que se formaran largas sombras de los transeúntes. Además, los coches están borrosos, lo que da la sensación de movimiento o agilidad. También se cuidó la geometría de Paseo Tollocan y el puente peatonal en forma de X.
Sin embargo, al mismo tiempo, las imágenes son terribles, horripilantes y violentas. Muestran la cotidianidad nefasta en la que vivimos en Toluca, en la que tenemos que subir y bajar numerosos escalones para cruzar una avenida de unos treinta metros de ancho.
De acuerdo con la organización no gubernamental Liga Peatonal, los puentes peatonales no son universalmente accesibles, ya que las mujeres embarazadas, las personas de la tercera edad o con alguna discapacidad no pueden acceder de manera sencilla a este tipo de infraestructura.
Por otro lado, muchos de ellos suelen ser peligrosos, ya que se han convertido en escenarios para asaltos o robos. Asimismo, agravan los problemas de movilidad, puesto que se da prioridad a los automóviles, haciendo que su tránsito sea más sencillo y complicando la movilidad de las personas. No humanizan las calles. Además, según la ONG, son económicamente costosos y, en varias ocasiones, son una solución inmediata y apresurada a los problemas de movilidad de las ciudades.
Finalmente, señalan que, entre las alternativas que existen para no seguir perpetuando la construcción y uso de puentes peatonales, se encuentran generar cruces en calle eficientes y hacer que los carriles sean menos atractivos para los automóviles con reductores de velocidad.
Si Toluca fuera una ciudad hecha para las personas, la X de la terminal no debería existir.