Al fugitivo Raymundo “N” cada día le encuentran más propiedades

Al fugitivo Raymundo “N” cada día le encuentran más propiedades
A Raymundo se le persigue por un secuestro, pero bien podría castigársele también por ladrón

El problema más grave de Toluca no es político, tampoco económico, es ambiental, y muy poca gente lo sabe o le importa. Lamentable, muy de tolucos esa indiferencia. El aire en la ciudad es irrespirable, verdadero veneno, y no es tema de preocupación general. La gente está abstraída en cuestiones menos relevantes, pero, quizá, más entretenidas. Los efectos en la salud son obvios y medibles. El nuevo alcalde, Juan Maccise, debería ocuparse de inmediato en él.

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Ana Lilia es mejor política que Eric Sevilla, sin duda. Sus resultados la avalan. Ella es ganadora, él un perdedor. Aun así, poco podrá hacer para salvar al partido que alguna vez fue invencible. El PRI no tiene remedio. La mayoría de los electores tienen un juicio muy firme sobre su desempeño y difícilmente cambiarán pronto. Ana podrá reelegirse una vez más como diputada y administrar la derrota. No tiene más opciones.

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El bandolerismo continúa asolando al sur. Nada ha cambiado después de Texcaltitlán. Los malhechores siguen allí ejerciendo su régimen de terror. La voluntad política del nuevo gobierno para combatirlo es auténtica, al menos eso parece, pero los resultados tardarán, quizá mucho, en llegar.

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El Poder Judicial del Estado de México es el mismo desde hace décadas. Es el único de los poderes inamovible, incapaz de cambiar, la parte más vetusta del régimen que resiste a irse. Ricardo Sodi concluye el próximo año el periodo para el que fue designado y su obra distinguible será la prosperidad patrimonial propia y la de sus allegados. La administración de justicia en el Estado de México sigue siendo tan mala como siempre. Nada ha cambiado.

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Al fugitivo Raymundo “N”, como al nopal, cada día le encuentran más propiedades. Tan obscena, como ridícula, la forma en que un inmoral político priista puede enriquecerse en ejercicio del poder. A Raymundo se le persigue por un secuestro, pero bien podría castigársele también por ladrón. Cada vez más cerca el día en que lo atrapen. ¿Será?