Peritos argentinos junto con un equipo de la Procuraduría General de la República (PGR) exhumaron este miércoles, los restos de Julio César Mondragón, estudiante normalista de Ayotzinapa, Guerrero, sepultado en el panteón de San Miguel Tecomatlan en Tenancingo, para realizarle nuevos estudios que permitan esclarecer cómo fue que al joven se les desprendió el tejido del rostro y los ojos.
Pasado el mediodía, el equipo de peritos expertos arribaron al pequeño pueblo ubicado a las afueras de la cabecera municipal y tras un cuidadoso proceso comenzaron a extraer los restos del normalista tras acatar la resolución de un Juez Penal con sede en Iguala, Guerrero, para que forenses argentinos y de la PGR realicen una nueva autopsia y se afirme, o descarte que el joven fue torturado y ejecutado el 27 de septiembre de 2014, tal como sostiene la nueva hipótesis.
La autopsia oficial que se realizó en aquel entonces, determinó que Julio César falleció de una fractura en el cráneo y que el rostro fue devorado por la fauna, sin embargo los padres del joven con la asesoría que han recibido, mantienen la hipótesis de que fue desollado y presentaba huellas de tortura.
Las diligencias del Equipo de Antropología Forense de Argentina y de la PGR, se extendieron hasta después de las 17:00 horas, sin embargo, el dictamen final, tendrá que ser analizado para poder darlo a conocer.