Andar en bicicleta en el Valle de Toluca es un deporte extremo. Reviro. No es deporte y no es extremo, pero el trazado urbano y la infraestructura vial han hecho de la ciudad un lugar hostil para la gente que utiliza la bici como medio de transporte.
Además de llegar a tiempo a sus lugares de trabajo, la comunidad ciclista de la ciudad tiene que serpentear obstáculos, autos y camiones. Sobrevivir.
Estas fotografías muestran a personas trasladándose a sus lugares de trabajo y hogares. Además, es un recorrido por algunas de las calles y avenidas más concurridas a dos ruedas, como Isidro Fabela o el cruce entre Comonfort y Tollocan.
También vemos a gente andando en bici sobre puentes peatonales, cerca de coladeras destapadas o pasando vías del tres; aquí los ciclistas (y peatones) no tienen un lugar digno por donde transitar. La infraestructura a favor de los coches impera.
Otro eje son las personas que utilizan la bici como su propio implemento de trabajo, como las personas que trabajan en plataformas de repartición de comida, las que afilan cuchillos o tijeras, las que llevan tamales o tacos de canasta, las que transportan martillos, clavos y desarmadores.
La bicicleta como vía y sinónimo de resistencia, sustentabilidad, economía, diferencia, exclusión, invisibilidad, rebeldía, transporte, lesiones, libertad.
Fotografías: Carlos Escutia