Francisco Cruz –periodista mexiquense experto en política, corrupción y narcotráfico– nos explica el papel de Genaro García Luna y las cartas con las que jugó durante su paso por la dirección del crimen organizado en México.
Genaro García Luna, exsecretario de Seguridad Pública durante el gobierno de Felipe Calderón, exmiembro del Centro de Investigación y Seguridad Nacional y extitular de la Agencia Federal de Investigaciones en el sexenio de Vicente Fox, está dejando en descubierto los vínculos de las administraciones panistas con el crimen organizado, disfrazados de una falsa guerra con el narcotráfico.
¿Cuáles son las cartas de Genaro García Luna?
Tiene en sus archivos personales los expedientes de los políticos y empresarios corruptos de Acción Nacional y del Revolucionario Institucional, jueces y ministros. Además de más de 500 mil policías en activo hasta el 30 de noviembre de 2018.
Genaro García Luna sabe qué policías son y eran narcotraficantes, qué policías son asesinos, qué policías son ladrones, tiene toda la estructura en sus archivos personales.
¿Está desmantelada toda esa estructura? La realidad es que no. Solo una parte de ella y muy pequeña.
Recientemente, han existido cambios en los gobiernos estatales, pero las estructuras están vivas. Los aeropuertos y las aduanas –muchas de ellas– siguen contaminadas. Está registrado que tan solo el Cártel de Sinaloa sacaba al menos cien toneladas mensuales de cocaína.
Genaro García Luna era el encargado de facilitar el lavado de dinero, el tráfico de drogas, de metales preciosos, de acero ilegal a china y conspirar en contra del gobierno de Estados Unidos.
El capo mayor, el facilitador del narcotráfico en México, era Genaro García Luna.
¿Inteligencia?
Genaro García Luna cuenta con todo el conocimiento de inteligencia, desde Carlos Salinas de Gortari a la fecha. Él sabía que Vicente Fox no tenía un candidato a la presidencia de la República o –más bien– que Santiago Creel Miranda era débil. Se acerca con Felipe Calderón y pone a sus órdenes la Agencia Federal de Investigaciones. La AFI se convierte en el principal promotor de la campaña de Calderón, y Calderón le cede el control total.
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