A Higinio debe reconocérsele la contribución para evitar la ruptura en Morena

A Higinio debe reconocérsele la contribución para evitar la ruptura en Morena
Aceptó sin condicionamiento la decisión de Morena para que Delfina avanzara.

Delfina Gómez ha sido muy generosa en el trato con Higinio Martínez. Las consideraciones a su persona y trayectoria son obvias y consistentes. El agradecimiento de la gobernadora electa con su mentor es obvio. El aprecio también. Higinio lo entiende y lo ha aprovechado sin pasarse de la raya, hasta ahora. Quizá en acuerdo o atendiendo una sugerencia, el senador ha decidido iniciar nuevamente una gira por el territorio previo a la toma de posesión de la gobernadora en una especie de repliegue. Es muy interesante lo que se ve y escucha. Parecería que la relación se ha tensado. Difícilmente habrá rompimiento, sería suicida, pero la incomodidad del senador y sus seguidores parece obvia.

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A Higinio debe reconocérsele la contribución para evitar la ruptura en Morena a pesar de perder la última oportunidad en su vida para ser gobernador. Aceptó sin condicionamiento la decisión de Morena para que Delfina avanzara. No ha sido factor de discordia como algunos esperaban. Su conducta ha sido la de un profesional de la política. Sorprendería que ahora encolerizara por considerar injusta o insuficiente la compensación que cree merecer. Ojalá no sea así y siga aportando al movimiento de cambio en el Estado de México.

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Quienes conocen bien a Raymundo Martínez saben su problema con el control de la ira. Lo ha padecido siempre. Se pierde cuando se enoja. Sí, es un asunto psicológico. Sus amigos de la juventud cuentan decenas de pasajes sobre sus arranques violentos. Toda persona en su entorno ha padecido en alguno momento su violencia. Ahora que tiene poder, es más notorio el trastorno que lo define como autoritario. Su problema es patológico y también político. El alcalde está en un abismo… el municipio peor.

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La cantidad de panistas mexiquenses que cabildean para explorar las posibilidades de incorporarse a la llamada “Ola Azul de la Transformación”, es impresionante. Podrían contarse por no por decenas, sino por cientos. La mayoría son políticos en activo que no ven mucho futuro en Acción Nacional y quieren aprovechar la oportunidad de la puerta que se ha abierto con Claudia Sheinbaum para sumarse a la 4T. Sí, son pragmáticos, pero no son los primeros ni serán los últimos. El diputado Antonio García será su pastor.

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La diáspora priista es también incontenible. Ya se perdió la cuenta de la cantidad de cuadros dirigentes que han mudado a otra organización política, particularmente al PVEM o MC. Los hay de todas las corrientes, peñistas, montielistas, eruvielistas, etc. El PRI se está quedando en los huesos. Su valor marca está absolutamente deteriorado.