Todos estaban allí. No hubo mujer u hombre con gran poder que faltara. A las 13:00 horas, la Sala Felipe Villanueva ya estaba llena. El murmullo previo al protocolo tenía algo de expectación y algo de ensayo general: legisladores, cabildo, rectores, alcaldes invitados y el inconfundible rojo de los uniformes del cuerpo de bomberos ocupaban su lugar mientras el personal afinaba detalles.
Cuando Ricardo Moreno Bastida cruzó el umbral —traje azul, corbata guinda—, el salón se levantó como un resorte. Aplausos, consignas, un “¡presidente, presidente!” que marcó el tono del acto. Lo flanqueaban la gobernadora Delfina Gómez, José Francisco Vázquez Rodríguez (JUCOPO), el titular del Poder Judicial, Héctor Macedo, y la rectora Martha Patricia Zarza. La escena decía tanto como el discurso que vendría.

El alcalde avanzó por el pasillo estrecho saludando con breves inclinaciones de cabeza. Antes de los datos, vino el gesto íntimo: “Gracias por ser mi fortaleza, mi refugio y mi motor”, dijo a su familia, con la voz que se le quebró apenas un segundo, suficiente para humanizar el momento sin romper la solemnidad.
Bajo el lema “Paso a paso, la transformación avanza”, Moreno abrió con la frase que repetirá, de una u otra manera, a lo largo del acto: “No mentir, no robar, no traicionar al pueblo es el mandato de la 4T”.

La narrativa, cuidada, lo situó como heredero disciplinado de la agenda estatal y federal. Y los números fueron la herramienta para sostener esa lealtad política.
Finanzas: la pieza que quiso subrayar
Los primeros aplausos llegaron con la frase “750 millones de pesos en recaudación del predial”. Luego, un dato que buscó marcar distancia con administraciones pasadas: la reducción del 64 % de la deuda histórica con el ISSEMyM —388 millones de pesos— y un aumento del 200 % en licitaciones públicas.
En cada cifra, el salón respondía con vítores que rompían brevemente la rigidez institucional.
La ciudad tangible: luces, baches y basura
La parte más celebrada fue la de obra pública:
- 25 000 luminarias nuevas de bajo consumo;
- 255 000 metros cuadrados de calles rehabilitadas (45 000 baches, puntualizó);
- Cruces peatonales inteligentes;
- 62 camiones recolectores y tres barredoras eléctricas.
El público técnico —operativos, funcionarios y medios— aplaudió con fuerza. Era el inventario del trabajo que sí se ve.
El agua, la herida abierta
Cuando llegó al tema hídrico, el tono del alcalde cambió. Menos cifras, más justificación.
Recordó la perforación de 21 pozos nuevos, la rehabilitación de otros tres y el mantenimiento a 110. También el tratamiento de 1.5 millones de litros de agua residual. Pero el reconocimiento de fondo fue otro: “Han sido días difíciles, pero va a valer la pena”.

Allí, el aplauso fue más corto, más prudente. El público sabía que el agua es el tema donde todavía no hay victorias.
Un cierre con mensaje político
Antes del cierre, volvió a la idea que había dejado flotando desde el principio: “Tenemos un plan y Toluca está en reconstrucción”.
Reconoció rezagos en seguridad, movilidad y desarrollo urbano, pero apeló al ánimo: “Sé que hay mucho por hacer, pero tengo entusiasmo. Somos un gobierno que se levanta diario para atender a Toluca”.

Y, entonces, selló la escena que había sido evidente desde su entrada: “Le refrendo mi lealtad y disposición a colaborar en beneficio de los y las mexiquenses”, dijo hacia la gobernadora.
Delfina entra en escena
Delfina Gómez tomó la palabra con tono sobrio. “Qué bueno que la transformación ha llegado también a Toluca”, dijo para subrayar el alineamiento político. Sin distanciarse del alcalde, reconoció que “los desafíos de Toluca son enormes debido a la desatención del pasado” y agradeció la coordinación en temas de bienestar animal, salud y medio ambiente.
Fue un espaldarazo medido, sin estridencias, pero suficiente para sellar la foto política del día.

Tras las preguntas de prensa, llegó la fotografía oficial. Afuera, personal del Ayuntamiento entregaba el informe impreso mientras los asistentes volvían lentamente a la calle. Toluca quedaba en la misma rutina de siempre, pero con un mensaje fresco en el aire: “reconstrucción”.
Si será suficiente para sostener el relato de transformación, eso quedará para los próximos informes.

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