Toluca, México. 30 de julio de 2019. Hace 52 años comenzó la tradición de peregrinar desde la Central de Toluca hasta el santuario de San Juan de los Lagos, en Jalisco. La fe, dicen los caminantes que hoy emprenden su jornada hacia dicho templo tapatío, es el impulso que activa sus pasos.

Para el antropólogo francés David Le Breton,
“la facultad propiamente humana de dar sentido al mundo, de moverse en él comprendiéndolo y compartiéndolo con los otros, nació cuando el animal humano, hace millones de años, se puso de pie”,
tal vez los peregrinos que saldrán de la Central lo sepan, de alguna manera y por eso, durante el trayecto, se cuentan sus historias y comparten los milagros que la virgen de San Juan, "nuestra madrecita", dicen algunos con fervor, les ha hecho.

Desde 1968, comerciantes de la Central de Abastos de Toluca emprenden una caminata que parte de este gran mercado, ubicado en la vialidad José López Portillo, con rumbo al santuario de la Virgen de San Juan de los Lagos.

Este año no ha sido la excepción y, desde las primeras horas de la mañana de este martes, peregrinos, choferes, vendedores y personas en general se congregaron afuera de una de las naves de esta plaza mercantil. ¿La razón? Bendecir el camino de quienes andarán más de 400 kilómetros hasta San Juan de los Lagos.
Rufino Colín, organizador de la peregrinación, expresó que se esperan 500 caminantes devotos, "muchos se van sumando en el camino", señaló.
Hay quienes opinan que el gusto por las peregrinaciones es un hábito que se transmite en las familias de generación en generación. El caso de doña Obdulia Aguirre parece confirmar estos decires: hace 18 años, una de sus hijas fue operada y tuvo una convalecencia que duró tres más. Durante la recuperación, Obdulia pidió a la Virgen de San Juan de los Lagos que sanará a su hija y, según expresó, “la virgencita le hizo el milagro y ahorita m’ija viene conmigo en la peregrinación caminando.”
Minutos después de las nueve de la mañana dio comienzo la celebración religiosa. Los tres sacerdotes que presidieron el acto litúrgico recuerdan a quienes “se adelantaron en el camino”, también bendijeron la ruta de los andantes que participan este año y les auguraron una buena jornada.

Una vez que terminó la misa, peregrinos y asistentes compartieron el pan y el café, alimentos que los dotarían de fuerza para comenzar el trayecto. Mientras unos desayunaban, caminantes, choferes, sacerdotes y una cuadrilla de chinelos se preparaba para recibir la bendición e iniciar la ruta.
El sendero de los peregrinos comenzó en el circuito interno de la Central de Abastos. Una vez recorrido ese trecho, ocuparon un carril de la vialidad López Portillo. En la vanguardia de la peregrinación va la Virgen de San Juan, la siguen los caminantes y una cuadrilla de chinelos cuyos pasos llevan el ritmo de las piezas que toca una banda típica. Los tráileres que resguardan las pocas pertenencias de quienes van a pie escoltan la procesión.

Le Breton también considera que caminar nos exime de la responsabilidad de los desórdenes del mundo,
"pero nos permite recobrar el aliento, aguzar los sentidos, renovar la curiosidad",
tal vez los peregrinos que llegarán al santuario de la Virgen de San Juan de los Lagos lo sepan y por eso prefieren no pensar en los más de 400 kilómetros que hay entre ellos y el sitio sagrado al que ansían llegar.
Será el próximo 13 de agosto cuando los caminantes arriben al santuario prometido.
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