La foto es reveladora: tres empleados meones se echan una firma en los chiles que, a la postre, serán rajitas en escabeche acompañadas por zanahorias, cebollitas y, eventualmente, champiñones.
Me imagino el contexto de la chisss…tosa gráfica.
El Cutberto, gerente de calidad chilesqueña, le dice a sus dos empleados que está hasta la madre de la fábrica para la que trabajan, y ha decidido vengarse, parando la producción y poniendo banderas roji-negras por toda la nave.
El Chilacas, primo hermano del Cutberto, y empleado en la misma área, le aconseja que las banderas no son lo más recomendable. Además, según las últimas declaraciones de don Javier García Bejos, secre del Trabajo, “hay paz laboral en la entidad”, que unos limpia chiles no deben romper.
“Por qué mejor no nos echamos unas firmas en los chiles; nos tomamos unas fotos bien bonitas en donde el ranas enseñe el escote del plomero, o sea, la rayita de las nailons, las subimos al feis y hacemos que nadie coma chiles en vinagre”.
“Sobres”, contestó el líder meón.
Cuatro minutos después, los tres empleados de La Costeña, se echaban dos chelas y un pulque para recargar tanque y alcanzar a salpicar a toda la producción del día.
Media hora más tarde, con celular en mano, el Ranas fotografiaba a sus cuates escribiendo su nombre con orina en los chiles.
“Aquí estuvo el Cutber, rociando las rajitas”.
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