Toluca, México; 4 de agosto de 2018. El Jardín Botánico Cosmovitral es el recinto natural escondido entre los bloques de asfalto de la capital mexiquense.
La estructura colosal abrió sus puertas por primera vez en 1980 y desde aquél año se vislumbró como uno de los mayores espacios de recreación cultural de la capital del estado. Su estructura fue decorada con vitrales diseñados por el artista plástico mexiquense Leopoldo Flores.
“La relación del ser humano con el universo” es la obra que decora los enormes ventanales del jardín botánico; la dualidad existente en el hombre y su relación con el cosmos son parte de la explicación central del origen de la vida.
El diseño europeo que en un inicio albergó al Mercado 16 de Septiembre hoy es la sede de 150 especies de plantas y flores que convergen en un solo espacio.
El olor a tierra mojada y el cantar de los pájaros convierten la estancia en este sitio en una experiencia de trascendencia espiritual, un reducto de naturaleza incrustado en la selva de asfalto de la capital mexiquense.
Los 3 mil metros cuadrados del recinto se decoran con 28 matices de tonalidades plasmadas en los vitrales que se iluminan a la par con el sol naciente. Entre los pigmentos vibrantes y el clima cálido, la dualidad del hombre y la mujer se maquillan de tintes claros y oscuros del atardecer de Toluca.
Dos secciones dividen a la estructura de 75 toneladas de acero, el macrouniverso y el microuniverso. El lado derecho dibuja un águila del bien con tonos cafés y el lado izquierdo dibuja entre la oscuridad a un búho con mirada penetrante.
En el techo del jardín un hombre naciente se encuentra conectado por su cordón umbilical al esperma cósmico y al óvulo naciente de la nebulosa de Andrómeda.
Los habitantes del Estado de México y turistas de otras entidades de la república se maravillan con los 71 vitrales con historia cósmica y enfoque terrenal.
El más espectacular de los vitrales se encuentra en la entrada del Cosmovitral. El Hombre Sol recibe con magnificencia a cientos de hombres y mujeres que respiran el clima cálido en cada uno de sus espacios.
El Cosmovitral es el refugio del jardín medicinal que se tiñe del color verde de la manzanilla y el olor penetrante del árnica. Le sigue el jardín japonés y sus peces koi, que parecieran sacados del color naranja de los vitrales.
La experiencia para los visitantes del Cosmovitral es inolvidable de principio a fin, desde los rayos del Sol que entran por las ventanas y diluyen las penas de los asistentes, hasta los fotógrafos indiscretos que llevan a las quinceañeras a posar entre los matorrales y arbustos.
El Cosmovitral es el universo a la altura del hombre, plaza verdosa que decora la oscuridad de Toluca la Bella.
El recinto característico de la capital mexiquense es considerado el vitral más grande del mundo. El costo de acceso para los adultos es de diez pesos para adultos y cinco para niños; sin embargo, el recorrido y la experiencia espiritual no tienen precio alguno.
Salir del jardín es volver al clima grisáceo de la capital y andar por calles quebradas ausentes de brillo vegetal, aunque los visitantes ya no son los mismos.
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