La fiebre mundialista alcanzó a Toluca

Toluca, México; 23 de marzo de 2018. En los primeros días de la primavera de 1970 la fiebre mundialista había alcanzado a la capital mexiquense. En las páginas del Sol de Toluca la pluma de Eladio Fernández ubicaba a México y la Unión Soviética como los rivales a vencer y no daba oportunidad a belgas […]

Toluca, México; 23 de marzo de 2018. En los primeros días de la primavera de 1970 la fiebre mundialista había alcanzado a la capital mexiquense. En las páginas del Sol de Toluca la pluma de Eladio Fernández ubicaba a México y la Unión Soviética como los rivales a vencer y no daba oportunidad a belgas y salvadoreños de pasar la primera fase.

Pero mientras en el Estadio "Luis Gutiérrez Dosal" de Toluca se podaba el césped para permitir toques y caños de la escuadra Azurra y la oncena sueca, el gobernador Carlos Hank González remataba fuerte y colocado anunciando que no habría contemplación con los malos funcionarios.

Envalentonado, Don Hank tocó con maestría el balón prometiendo erradicar la inmoralidad y comenzó aquella odisea con una purga en la dirección de Tránsito que culminó con los encarcelamientos del jefe de circulación de Tránsito, Adrián Lara Duarte y de su chofer, Humberto Campuzano, acusados de fraude y de comercializar las plazas de tránsito en 2 mil pesos.   

Mientras eso pasaba en los tribunales, las céntricas calles de la capital mexiquense de a poco se iban atestando de autos y camionetas. Ford lanzaba al mercado el gran carguero Ford F-600 "diseñado y construido para aligerar el trabajo por duro que sea", pero aquel titán del asfalto se iba a encontrar con penurias, pues de la noche a la mañana el 30 por ciento de calles y avenidas toluqueñas cambiaron su sentido de la circulación para hacerlas más fluidas y menos peligrosas.

En las pláticas de café y los chismes de comadre los debates se incendiaban no sólo por las apuestas mundialistas, sino también por la discusión de darles o no licencia de conducir a jóvenes de 16 años. Y aunque liberales “tolucos” pugnaban a favor, otros como el diputado Javier Barrios arreciaban las protestas argumentando que no se le debería de dar luz verde para que los “juniors” toluqueños hicieran de las suyas. 

Pero en la amodorrada Toluca no todo era color de rosa. A billetazos Don Nemesio Diez dejaba a punto la Bombonera para albergar partidos mundialistas, eso a pesar de que edificios -hoy emblemáticos- como el de la Facultad de Medicina no lograban terminarse por el bajo presupuesto. Una comisión de catedráticos y estudiantes ataviados con sus batas se aventuraron a tomar el tren y fueron a Palacio Nacional a pedir la intervención del presidente.

Por aquellos días, las mujeres toluqueñas hacían presunciones de los titánicos esfuerzos por dejar a un lado la timidez e invadir todos los campos, "siguiendo invariablemente con su recato y sus buenas costumbres" y con entusiasmo auguraban que la mujer llegaría a tener un papel fundamental en el ámbito político.

La llegada del refresco Titán familiar a la capital mexiquense alcanzaba espacios en las páginas del Sol de Toluca, periódico que proponía a las autoridades convertir la "descuidada" calle Belisario Domínguez en un pasaje de dulces.

A unos metros de esa calle, en la Iglesia de la Santa Veracruz, los preparativos estaban a tope para uno de los jolgorios más esperados en la ciudad, las nupcias entre el licenciado Fernando Nemer Naime con Esperanza Orive Fuentes, evento que reunió a la alcurnia de la ciudad.

Pero no sólo el futbol acaparaba los reflectores, en la Liga Municipal de Béisbol la novena de Pfizer blanqueaba 7-0 a Impulsora de Refacciones en el Campo Diamante, con un electrizante juego del lanzador derecho Ricardo Ríos, quien con potentes rectas y curvas dejaba con la macana en el hombro a los toleteros contrarios para lograr colgar el cero en la pizarra. 

En las calurosas calles toluqueñas los enamorados podían disfrutar de increíbles veladas en lugares como el restaurante del Hotel San Carlos que presentaba al cantante Alejandro Algara "la voz que conquistó España", por tan sólo 75 pesos de consumo mínimo.

Para los enamorados de menos presupuesto se podía acudir lo mismo al Teatro del Seguro Social que al Cine Justo Sierra, se podía ir también al Florida, al Rex, al Morelos y hasta el emblemático Cine Coliseo para ver protagonizar largometrajes a los galanes de siempre como: Pedrito Infante, Ignacio López Tarso, Mauricio Garcés y Antonio Aguilar. 

Palomitas en mano los varones podían disfrutar también de esculturales siluetas de actrices como: Isela Vega, Libertad Lamarque y Silvia Pinal.

Mientras que decenas de curiosos toluqueños se encontraban expectantes para el despegue -en los próximos días- del Cohete Saturno que impulsaría al Apolo 13 a la luna.

Pero las páginas del Sol de Toluca también pasaban inadvertidas para el 35 por ciento de los 240 mil 978 habitantes de Toluca que no sabían leer y escribir según datos oficiales pero que estaban listos para gritar la victoria italiana.