«La propaganda de los partidos políticos es una red donde frecuentemente se pretende atrapar a los ciudadanos»
Lo que mueve a los partidos son los intereses de sus integrantes para conservar el poder, no son instituciones altruistas ni candorosas palomas. Para lograr su objetivo, frecuentemente recurren a denostar a sus adversarios a través de propaganda identificada como «guerra sucia».
No es casual que escándalos sean manejados para pretender engañar a la ciudadania y en esto algunos medios de comunicación juegan un rol. Las filtraciones utilizan parte de verdad y parte de exageración sin escrúpulo alguno.
Un ejemplo de ello es el caso de la excandidata de Morena a gobernadora Delfina Gómez Álvarez. Como se recordará, durante un debate la también excandidata del PAN, Josefina Vasquez Mota, la acusó públicamente de haber realizado descuentos a trabajadores del Ayuntamiento de Texcoco para su beneficio cuando fue candidata a diputada federal. Dichos descuentos, destacó, fueron documentados e informados por la presidenta municipal como parte de la cuenta pública correspondiente.
Días después se especuló fuertemente que la documentación presentada tuvo como origen el Órgano Superior de Fiscalización –controlado por el PRI– y el motivo fue beneficiar a su abanderado y actual gobernador. Es decir, operó el hasta entonces muchas veces negado PRIAN.
Pero ahí no termina la historia, transcurridos varios años, en enero del 2022, el TRIFE castigó en última instancia al partido Morena porque no declaró esos ingresos y le impuso una sanción de 4 millones 529 mil pesos; no obstante, consideró que NO se acreditó un beneficio concreto y directo a favor de la campaña electoral para diputada de la ciudadana Delfina Gómez Álvarez. Es decir, no hubo impunidad.
Sin embargo, diversos actores políticos y mediáticos, sin elementos o con una clara intencionalidad, acusan a Delfina Gómez de delincuente electoral.
Afortunadamente la resolución es pública y puede ser consultada fácilmente para que se genere una opinión informada y evitar caer en la propaganda de los partidos políticos.