La víspera del final de una generación de intelectuales toluqueños

La muerte de Eugenio Núñez Ang, Mauricia Moreno y Carlos Hugo González Calderón deja un espacio en el ámbito intelectual y cultural de la capital mexiquense

En 2020 han muerto diversas personalidades de la comunidad cultural de Toluca, recientemente fallecieron Eugenio Núñez Ang, Mauricia Moreno y Carlos Hugo González Calderón, quienes –de diversas maneras, desde diferentes ámbitos– formaron parte de una comunidad que no solo lamenta su pérdida, sino que se da cuenta de que una generación se está yendo.

Eugenio Núñez Ang

Maestro es quizá la palabra que mejor defina a Eugenio, quienes lo conocieron destacan siempre cualidad de enseñar tanto formalmente como en su vida. Fue actor y director, académico, enseñó teatro y literatura; hizo periodismo cultural, radio y fue impulsor de una nueva didáctica.

Participó en la creación de la licenciatura en Arte Dramático y la escuela –hoy facultad– de Lenguas y de la radio universitaria.

La personalidad de Eugenio fue siempre apasionada y así enseñaba, fue profundamente crítico, capaz de expresar su sentir en cualquier tribuna; siempre involucrado en la vida universitaria y cercano a las actividades relacionadas con la literatura.

Mauricia Moreno

En la enciclopedia de la literatura mexicana dice que Mauricia era escritora, que estudió Letras Españolas en la Facultad de Humanidades de la Universidad Autónoma del Estado de México y el Diplomado en Creación Literaria por la Escuela de Escritores de la Sociedad General de Escritores de México.

Que participaba talleres literarios impartidos por la Casa de Cultura de Toluca y en el Centro Toluqueño de Escritores (CTE) y que fue ganadora del primer lugar de narrativa, en 1990, en un concurso convocado por el Instituto Mexiquense de Cultura y becaria, en 2000 del Fondo Estatal para la Cultura y las Artes del Estado de México.

Mauricia asistía a los eventos literarios, a los festivales de Los mil y un insomios, organizado por el CTE, que hizo un homenaje tras su muerte; leía sus cuentos y –dicen sus amigos–, era amable y muy alegre.

Carlos Hugo González Calderón

Siempre acelerado, presuroso, en los pasillos de la Universidad, trabajó en múltiples proyectos, en la Coordinación de Difusión Cultural, en infraestructura académica, Biblioteca Central y en la Casa de las Diligencias.