Las ventajas de Morena en la disputa por la gubernatura del Estado de México son dos: a) La arrolladora popularidad del presidente López Obrador y b) El rencor social contra cultivado durante décadas por los malos gobiernos priistas. Ese es el algoritmo del 06/23. Trasciende a las candidatas.
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Un cara a cara entre Delfina y Alejandra es muy parejo. Ambas tienen positivos y negativos. Delfina es reconocida por la masa como una de la suyas, gente del pueblo. Alejandra empata muy bien con las clases media y media alta, y la elite local la acoge como suya. Morena y el PRI tienen buenas estructuras de operación electoral y experiencia. Será una contienda reñidísima. La moneda está en el aire.
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El triunvirato Horacio Duarte-Higinio Martínez-Martha Guerrero versus Alejandro Ozuna-Ana Lilia Herrera-Eric Sevilla. Ambos equipos son potentes y con mucha experiencia. Tampoco allí podría declararse ventaja de alguno de los frentes.
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Novedoso, destacable, el optimismo que campea entre priistas. Han pasado de la angustia, el temor, a la certeza de que pueden ganar en junio. Construyen la narrativa del triunfo posible con vehemencia. Los puños apretados sustituyen a las caras largas. Hay espíritu de cuerpo y entienden que no hay mañana. Buen punto para el priismo.
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Donde todo es enigma, misterio, duda, es en el partido naranja. Movimiento Ciudadano se reserva, se guarda, parece que continúa a la espera de algún desprendimiento de los otros partidos. Juan Zepeda es, hasta ahora, su más competitiva propuesta, pero no suficiente para ganar. Deshoja la margarita.