Luchando contra la desinformación de la inteligencia artificial

Luchando contra la desinformación de la inteligencia artificial
Nos encontramos en grave riesgo de no tener plena certeza de lo real cuando navegamos por el ciberespacio.

«Un filtro es mejor que nada». Así puede resumirse lo que ha ofrecido la gigante tecnológica Meta, que es la casa matriz de Facebook, Instagram y la novel Threads, para tratar de evitar que la gente sea engañada con producciones basadas en Inteligencia Artificial. Y es que Meta ha dicho que a partir del próximo mes le pondrá una especie de etiqueta a aquellas publicaciones que se identifique que han sido producidas artificialmente y que, en muchas ocasiones, confunden a la gente entre lo real y lo irreal.

Es cada vez es más frecuente encontrarse en las distintas redes sociales digitales contenidos que no corresponden con nada en la realidad: fotos de personas que no existen, audios que nunca fueron grabados, videos de escenas que no tuvieron lugar, hasta artículos «científicos» que no son producto de una investigación, sino que emergen de máquinas que emplean inteligencia artificial generativa.

Sabemos que toda tecnología, desde la más rudimentaria hasta la más sofisticada, puede ser usada de muy distintas maneras. Las posibilidades que hoy tiene la Inteligencia Artificial para agilizar el trabajo humano, eficientar los procesos o identificar problemas potenciales, también sirve a quienes tienen el propósito de desinformar, confundir o engendrar ideas basadas en el engaño.  Esto último se vuelve riesgoso si la gente toma decisiones basadas en mentiras.

Para entender mejor: La inteligencia artificial ya llegó, ¿debemos preocuparnos?

¿Qué pasaría si una foto o un video artificialmente creado y esparcido viralmente por las redes sociales hace creer a millones de habitantes de un país «X» que tropas de otra nación han invadido su frontera? Una histeria colectiva podría llevar a una reacción militar innecesaria. De la misma manera, de qué modo reaccionaríamos si un audio producido con Inteligencia Artificial nos lleva a la conclusión de que un gobernante ha renunciado a su cargo. Nerviosismo financiero, fuga de capitales e ingobernabilidad pueden sobrevenir con severas consecuencias sociales.

Bueno, pues situaciones complicadas son potencialmente posibles si la inteligencia artificial generativa es puesta a funcionar e información falsa circula masivamente. Ante este tipo de riesgos, se supone que en las publicaciones de Facebook o Instagram empezaremos a ver muy pronto algunas etiquetas que digan algo así como «Made whit IA». Esto tiene el objetivo de «reforzar la lucha contra la desinformación», indicó en su blog Monika Bickert, vicepresidenta de contenido de Meta.

Se trata de un anuncio inscrito en el marco de procesos electorales tan importantes como el que renovará la presidencia de los Estados Unidos a finales de este mismo año. También tiene relación con distintas preocupaciones externadas en varios frentes, respecto al elevado riesgo de que la gente sea desinformada de un modo deliberado con publicaciones falsas.

Sobre todo contenidos de video, audio e imágenes, que son el principal insumo en las redes sociales digitales, serán materia de revisión por parte de Meta. Igualmente, aquellos que infrinjan las normas internas de las redes, serán eliminados de inmediato. Los que se estime que no tienen mayor repercusión solo podrían presentarse con una marca de agua que advierta acerca de su origen artificial.

Sabemos que quien produce este tipo de contenido y los hace circular con toda la intención de engañar, también se asegurará de «librar» los filtros que ponga Meta. No obstante ello, el que se haya hecho el anuncio debe servir como llamada de atención acerca de un problema creciente: nos encontramos en grave riesgo de no tener plena certeza de lo real cuando navegamos por el ciberespacio.

La virtualidad (lo opuesto a efectivo o real) es la característica de las redes sociales digitales. Lo que ahí circula son solo codificaciones binarias que nuestros dispositivos convierten en imágenes o sonidos inteligibles. No siempre tenemos eso presente y, la centralidad que los dispositivos electrónicos han tomado en la vida de la mayoría de las personas, deriva en una obnubilación que facilita el engaño.

Todos los usuarios de las redes sociales digitales se encuentran hoy en inminente riesgo de ser engañados con facilidad a partir de producciones basadas en Inteligencia Artificial. Una característica del ser humano es intercambiar con su entorno información con base en la cual rige su comportamiento. Por cientos de miles de años, esa información tenía como fuente los sentidos: la vista, el oído, el tacto, enviaban al cerebro los estímulos necesarios para saber si había que correr, cubrirse o relajarse.

Hoy los intercambios de información están cada vez en mayor medida «mediados» por la codificación digital. Eso nos predispone a ser materia de desinformación e incluso poner en riesgo nuestra existencia. Hemos llegado al extremo de que nos tengan que advertir cuando algo ha sido creado con inteligencia artificial, para no enfrentar esos problemas de desinformación.