San Pedro Totoltepec es un barrio al norte de Toluca olvidado por la planeación urbana. Ahí, entre mototaxis, taxis colectivos y autobuses destartalados, la doctora Susana Bianconi observa un sistema de movilidad que califica sin rodeos como “torpe, sucio y peligroso”. En entrevista con AD Noticias, la especialista lanza un diagnóstico contundente:
“Estamos en la lona porque nadie toca esas concesiones que se dan y se amplían por diez, veinte años. Son las mismas de los años cincuenta, cuando se dejaron los tranvías y se abrió el negocio del transporte disque público”.
Las declaraciones llegan en un momento sensible: el subsecretario de Movilidad, Ricardo Delgado Reynoso, confirmó que en los próximos días la gobernadora Delfina Gómez Álvarez anunciará el nuevo ajuste a la tarifa. Aunque aún no es oficial, se prevé que el costo mínimo de 12 pesos —vigente desde 2018— se incremente entre dos y tres pesos.
La académica advierte que un alza sin reforma estructural no resolverá el problema. “Transportarse aquí en el valle de Toluca es carísimo porque ninguno de los transportes es público. Todos están concesionados a un particular. El único transporte público es el tren. Los demás lucran con quién necesita transportarse”, afirma.
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“El transporte es inexistente, brutal, torpe, sucio, peligroso”
—En su análisis, ¿qué fallas de planeación han provocado este sistema deficiente?
“La industria se asentó del Tollocan hacia el norte. Luego, en 1987, se permitió la venta del ejido. Toda esa tierra labrantía se volvió urbana sin diseño ni traza. Y entonces vino el caos. Hoy la gente transborda tres veces: primero en mototaxi, luego en taxi colectivo y, finalmente, en el transporte grande. Pierde horas de su vida en ese viacrucis”.
—¿Por qué proliferan los mototaxis en Toluca?
“Porque las calles se dividieron mal. Hay callejones que no llevan a ningún lugar, son estrechos. El mototaxi puede zigzaguear entre ellos, pero con todos los riesgos que implica. Es la muestra de que no hubo planeación urbana. No hay ciudad”.
“Estamos en manos de mafias transportistas”
Bianconi sostiene que el gobierno debe intervenir directamente para competir contra los concesionarios:
“Yo no veo otra salida más que el Estado le entre al quite. Por ejemplo, el metro de la Ciudad de México cuesta doce pesos, pero el usuario paga cinco porque el gobierno subsidia siete. Aquí no hay subsidio. Aquí cada transbordo cuesta un boleto de entre doce y veinte pesos”.
El problema añade, no es solo de tarifas, sino de poder político: “Si mañana se lanzaran concursos para que nuevas empresas entren con rutas y vehículos adecuados, sería ideal. El asunto es si las mafias locales las dejan actuar. Para eso tiene que haber Estado. Y no lo hay. Ya llevamos dos años con un gobierno nuevo y el problema sigue igual. Yo espero más de Delfina. Espero que se ponga los pantalones. Estamos en manos de mafias transportistas”.
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Tecnología y largo plazo: GPS y redensificación
La doctora no descarta medidas inmediatas. Una de ellas es instalar GPS en todas las unidades y una aplicación que permita al usuario saber cuándo pasará el autobús. “No es descubrir el hilo negro. Existe en muchas capitales. Nos ayudaría a no vivir en zozobra y también acabaría con la guerra del centavo que mata gente atropellada en el valle de Toluca”.
En el horizonte de 10 a 20 años, propone re-densificar la ciudad: “Toluca es una marcha urbana extremadamente extensa para su población. Si tuviera mayor altura, el transporte sería más eficiente. Concentrar a la población es la política que se necesita”.
La conclusión es amarga: “El transporte público en el valle de Toluca no existe. Es un transporte de carga adaptado para humanos. Mientras el Estado no regule, subsidie y compita contra los concesionarios, la población seguirá atrapada en un sistema brutal”.
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