Valle de Bravo, México; 30 de octubre de 2019. Por desgracia, Magos Herrera no presentó en el Festival de las Almas el programa con el que participó en el Cervantino: “Dreamers”, donde trabaja con el cuarteto de cuerdas, Brooklyn Rider; por fortuna, Magos Herrera cantó en el escenario de Valle de Bravo temas como “Luz de luna”, “Alfonsina y el mar” y “Valderrama”.
La cantante, compositora, productora y considerada una de las mejores voces del jazz contemporáneo latinoamericano se presentó -con algunas pausas para resolver detalles de sonido- en el escenario de la Velaria, con el estilo que la caracteriza para sostener una noche que se convirtió, dijo, en una “invitación a soñar”.
Este concierto se realizó en una noche fría ante una cantidad moderada de público, el cual, sin volcarse a la ovación, participó y se dejó conquistar por los recursos vocales de la cantante de origen mexicano que, actualmente, radica en Nueva York.
Antes, en conferencia de prensa, Magos Herrera comentó que el problema de la igualdad de género se da en todos los ámbitos incluyendo la música y el jazz, sin embargo, dijo que en la industria música, a partir del #metoo, se ha dado una nueva lectura en la que se amplifica la violencia de género y la falta de equidad, por supuesto también debido al trabajo que las mujeres han estado haciendo para visibilizar la situación.
Ella explicó que desde la música procura generar diálogos no sólo entre géneros, sino entre culturas y nacionalidades, con al intención se subrayar no lo que diferencia sino lo que une.
En otro tema señaló que la cultura es importante porque amplifica y cohesiona el tejido social y reafirma la identidad, por lo que la función de las cultura es fundamental.
La cantante, que el próximo año celebrará 20 años de carrera, cantó en este concierto de trío de jazz: piano, contrabajo y batería, el encore “Balderrama”, tema interpretado por Mercedes Sosa, y que, dijo la cantante, ”contestatario, en el sentido de que en este mundo tan polemizado que estamos viviendo [es posible] no arrojarnos a este sinsentido y recordar que Balderrama es un espacio donde podemos soñar.”