Más de la mitad de los mexicanos son obesos

Toluca, México; 13 de noviembre de 2019. En México, siete de cada 10 personas tiene obesidad, es decir que el 70 por ciento de los mexicanos, aproximadamente, tiene riesgos de desarrollar alguna enfermedad crónico degenerativa, como padecimientos cardiovasculares y diabetes, esta última representa la segunda causa de muerte en el país, según estimaciones del Inegi. Se estima que el costo anula de la obesidad en 2017 rondó los 240 millones de pesos y, de acuerdo con la Secretaría de Salud, este gasto público seguirá aumentando a un ritmo de 13 por ciento anual, de modo que se estima que para
noviembre 12, 2019

Toluca, México; 13 de noviembre de 2019. En México, siete de cada 10 personas tiene obesidad, es decir que el 70 por ciento de los mexicanos, aproximadamente, tiene riesgos de desarrollar alguna enfermedad crónico degenerativa, como padecimientos cardiovasculares y diabetes, esta última representa la segunda causa de muerte en el país, según estimaciones del Inegi.

Se estima que el costo anula de la obesidad en 2017 rondó los 240 millones de pesos y, de acuerdo con la Secretaría de Salud, este gasto público seguirá aumentando a un ritmo de 13 por ciento anual, de modo que se estima que para 2023 tratar la obesidad cueste 272 mil millones de pesos.

Malos hábitos alimenticios, aunados al alto consumo de dulces, la poca actividad física, ansiedad y estrés constituyen algunos de los factores que contribuyen para que las personas sean propensas a la obesidad. Sin embargo, la obesidad no es consecuencia única de las prácticas individuales de la población, si no de un “entorno que promueve la obesidad”, informó la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco).

El llamado “ambiente obesogénico” se caracteriza por la publicidad constante, así como por la asequibilidad de alimentos procesados que contienen altos grados de azúcar, grasas y sodio, esto a pesar de la Estrategia Nacional para la Prevención y el Control del Sobrepeso (ENSOD) que, según la Profeco, permitió la injerencia de la industria de bebidas y alimentos en su campaña, pues los criterios nutrimentales de los que se valió la ENSOD estuvieron definidos por dicha industria. Por esa vía, la ENSOD no reguló plenamente la publicidad de alimentos y bebidas en exteriores e internet.

Por esa vía, para prevenir la obesidad, además de una alimentación balanceada, el ejercicio físico es básico, ya que reduce los niveles de colesterol en sangre, disminuyendo así los niveles de colesterol malo (LDL), y aumentando los niveles de colesterol bueno (HDL).El ejercicio también reduce la existencia de anormalidades asociadas a la obesidad, como la sensibilidad a la insulina, la intolerancia a la glucosa o el perfil de lípidos en sangre.

Otro de sus beneficios es que activa y regula el metabolismo, permite también mantener el balance energético del organismo, gastando el exceso de calorías ingeridas con la alimentación y evitando la acumulación de grasa en el tejido adiposo. En otras palabras, ayuda no sólo a perder peso, sino también a no ganarlo.

El único tratamiento eficaz para tratar el sobrepeso y la obesidad es cambiar los hábitos de vida. Y la única manera de evitar recuperar el peso perdido con una dieta de adelgazamiento es mantener esos nuevos hábitos de vida.

Así pues, el ejercicio físico es esencial en la prevención de la obesidad, tanto en lo que se refiere a la prevención primaria, es decir no llegar a sufrirla, como en la secundaria, no volver a sufrirla.

La recomendación es ejercitarse como mínimo 30 minutos (y mejor aún una hora) al menos tres días a la semana.

Es importante escoger el tipo de ejercicio que se va realizar, para la prevención de la obesidad, basta con centrarse en el llamado ejercicio aeróbico, que es aquél que hace que el organismo tenga que usar más oxígeno: andar, correr, nadar, ir en bicicleta, bailar, etc.

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