Toluca, México. 29 de marzo de 2019. La oleada de denuncias a través del hashtag #MeTooUAEMéx es una respuesta de las mujeres ante la ausencia de soluciones efectivas por parte de las autoridades respecto a la violencia que enfrentan día tras día.
En el caso específico del Estado de México, el 75.3 por ciento de las mujeres ha sido víctima de algún tipo de violencia (la media nacional es de 66.1 por ciento).
Esta violencia, en específico el acoso y el hostigamiento sexual, encuentra condiciones propicias en espacios públicos, como las universidades, debido a que dichas instituciones habían sido ocupadas, mayoritariamente, por varones. El hecho de que los hombres suelan ejercer algún tipo de violencia contra las mujeres que también acuden a estos sitios, puede leerse como una forma de preservar un orden de género, ya obsoleto, según el cual ellas deben permanecer en el ámbito doméstico, mientras ellos están en las zonas públicas.
Las agresiones han sido tantas que ya no hay manera de soportarlas por más tiempo. Por esa vía, de acuerdo con Velvet Romero, Doctora en Ciencias Sociales, las denuncias derivadas del movimiento #MeTooUAEMéx deben entenderse como una reacción por parte de las mujeres, cuyas demandas no han sido atendidas de manera adecuada en los procesos institucionales.
Uno de las medidas para que las prácticas violentas disminuyan paulatinamente y para que sean erradicadas, con el paso del tiempo, es implementar una educación con perspectiva de género que, además, fomente el respeto hacia los derechos de las mujeres.
"En lugar de denostar este tipo de denuncias […] la Universidad debería de pensar que hay una serie de prácticas violentas que se están realizando dentro de sus escuelas y que algo tiene que hacer", expresó Romero: "si hay denuncias es porque algo está pasando".
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