Millonarios deben (¿y quieren?) pagar más impuestos

Millonarios deben (¿y quieren?) pagar más impuestos
Para salir del atolladero, invertir en materias prioritarias y prepararse para los años venideros es necesario que paguen más los que tienen más

En un gesto pocas veces visto, 30 super millonarios ingleses solicitaron a su gobierno que les cobre más impuestos. Así es, de cara al proceso de recuperación económica tras los efectos de la pandemia de covid-19, este grupo de elite aseguró que ellos pueden pagar más y que no estiman conveniente que el costo de la recuperación recaiga en los jóvenes o en aquellas personas con ingresos más bajos. La carta, hecha pública hace apenas unos días por la prensa de aquel país, solicitaba a su ministro de Hacienda que introdujera un impuesto sobre el patrimonio de las personas más ricas del país, para ayudar a pagar la recuperación de la crisis causada por la pandemia y “abordar la enorme brecha de desigualdad”.

Por inverosímil que parezca para algunas personas, en la carta los millonarios afirman: “estamos orgullosos de pagar nuestros impuestos para reducir la desigualdad, apoyar una atención social más sólida y asegurarnos de que estamos construyendo una sociedad más justa y ecológica”. El tema de gravar las grandes fortunas ha venido rondando en los últimos meses en casi todo el mundo. El mismo Fondo Monetario Internacional propuso aplicar impuestos más altos (aunque sea de manera temporal) a los millonarios, para hacer frente a la crisis económica mundial desatada por la pandemia. Es un tema que ya hemos tratado en este mismo espacio desde hace tiempo, pero que empieza a tomar fuerza en algunas latitudes.

Lee también: Al alza respaldo a la democracia y al autoritarismo

La semana pasada, en el Congreso de los Estados Unidos, el Partido Demócrata intentó aprobar una propuesta consistente en aplicar impuestos especiales a multimillonarios (calculaban el número en 700 contribuyentes que ganan más de 100 millones de dólares al año o cuya fortuna haya estado por arriba de mil millones durante los últimos tres años). Sin embargo, el partido Republicano no apoyó la propuesta y terminó por venirse a tierra. Pero es un hecho que está en la mente de muchos que los ricos paguen buena parte del costo de la recuperación.

En el mismo sentido, hace apenas unos meses el director del Departamento del Hemisferio Occidental del Fondo Monetario Internacional (FMI), Alejandro Werner, instó a los gobiernos de América Latina a hacer que los ricos paguen «mucho más» en términos tributarios, con el objetivo de alcanzar un sistema económico más justo en la región más desigual del mundo.

Se trata, sin duda, de medidas urgentes, emergentes, pero, sobre todo, que avanzan en el sentido inverso a como han venido ocurriendo las cosas en materia impositiva en gran parte del mundo. Impulsar sistemas impositivos progresivos parece una vía que exploran con cada vez más frecuencia distintos países. 

Para salir del atolladero, invertir en materias prioritarias y prepararse para los años venideros es necesario que paguen más los que tienen más.

Entre el grueso de la población parece haber plena aprobación de que los más ricos contribuyan con más dinero a las cargas del Estado, para financiar los servicios y la inversión pública. Pero hay, desde luego, resistencias. Nada menos acá en México la práctica común durante sexenios ha sido la condonación de impuestos a las grandes firmas y contribuyentes (tan sólo en los últimos dos sexenios, de Peña y Calderón, se dispensó a grandes firmas el pago de 431 mil millones de pesos).

Son casi insondables las rutas que muchos millonarios han inventado para no pagar sus impuestos. El trabajo periodístico multinacional conocido como “pandora papers” nos reveló de manera reciente los nombres de al menos 3 mil mexicanos o residentes de nuestro país que ocupan los paraísos fiscales para ocultar sus fortunas y, lógicamente, no pagar sus impuestos. Desde políticos de todos los partidos hasta encumbrados empresarios, deportistas y artistas han echado mano de sociedades secretas que operan en paraísos fiscales para pagar lo menos posible en impuestos.

Te recomendamos: La muerte del bosque de Jiquipilco

Hace falta una “cultura tributaria” para que pagar los impuestos no duela tanto. En nuestro país, como en otras partes del mundo, la actitud consistente en buscar la manera de rehuir al cumplimiento permanente de los deberes tributarios está todavía muy arraigada. Aún mueve a escándalo, por ejemplo, el limitar las deducciones de impuestos vía la filantropía; y sigue siendo calificado de “terrorismo fiscal” el trabajo escrupuloso de la Secretaría de Hacienda.

Por generaciones enteras eludir el pago de impuestos ha sido un logro y hasta un mérito. Las grandes fortunas se erigen como símbolo de quien logra el máximo rendimiento sin tener que compartirlo con los demás. Eso es algo que debe cambiar pronto, pues el mundo tiene ya un buen rato en la ruta de la desigualdad y ésta se agravó terriblemente con la pandemia de covid-19. Para salir del atolladero, invertir en materias prioritarias y prepararse para los años venideros es necesario que paguen más los que tienen más. Así de simple.