Morena: el nuevo poder

Toluca, México; 6 de julio de 2018. Morena representa el nuevo poder en México a pesar, incluso, de las decisiones internas que han minado la credibilidad ante los propios militantes de su líder, Andrés Manuel López Obrador y que han permitido la llegada de grupos externos a posiciones de poder a nivel regional. López Obrador y […]

Toluca, México; 6 de julio de 2018. Morena representa el nuevo poder en México a pesar, incluso, de las decisiones internas que han minado la credibilidad ante los propios militantes de su líder, Andrés Manuel López Obrador y que han permitido la llegada de grupos externos a posiciones de poder a nivel regional.

López Obrador y su cúpula apostaron por la presidencia y para eso han sacrificado sus propias estructuras, algunas de ellas demasiado endebles como para soportar el rigor de una campaña de esa magnitud.

El Movimiento de Regeneración Nacional surgió como asociación civil el 2 de octubre de 2011 con el propósito de impulsar a Andrés Manuel López Obrador como candidato a la presidencia de México en las elecciones federales del 2012.

En esos comicios López Obrador fue el abanderado de la alianza Movimiento Progresista, integrada por los partidos PRD, PT y Movimiento Ciudadano. El ganador de esas elecciones fue el candidato de la coalición Compromiso por México (PRI y Verde Ecologista), Enrique Peña Nieto, quien obtuvo 19 millones 226 mil 784 votos. Por su parte, Andrés Manuel consiguió 15 millones 896 mil 999 sufragios.

Al acceder al poder Peña Nieto se firmó el Pacto por México, en el que las tres principales fuerzas políticas en aquel entonces, PRD, PAN y PRI, oficializaron los acuerdos políticos entre los institutos para realizar las reformas estructurales que el gabinete de EPN tenía en su agenda: Reforma Energética, Reforma Laboral, Reforma Educativa, Reforma en Telecomunicaciones, Reforma Electoral y Reforma Hacendaria.

Esta acción desencadenó el registro como partido del Movimiento de Regeneración Nacional. El 20 de noviembre de 2012, al haberse efectuado el Primer Congreso Nacional de Morena, los integrantes de la asociación civil decidieron constituir la organización en un instituto político. El 9 de julio de 2014 Morena obtuvo su registro como partido político ante el Instituto Nacional Electoral.

El elegido como presidente del Consejo de Morena fue Andrés Manuel López Obrador, figura más representativa del Movimiento de Regeneración Nacional y sin el cual el partido no tendría la fuerza política que en la actualidad tiene. Martí Batres fue elegido presidente del Comité Ejecutivo Nacional de Morena, y los militantes del partido formularon las bases internas del partido.

El instituto creció de forma rápida por el efecto López Obrador, figura principal de Morena y sin el cual el desarrollo en un periodo tan corto de la institución es inexplicable. Desde el comienzo en los andares de la política mexicana del Movimiento de Regeneración Nacional, Andrés Manuel fue quien tomó las decisiones más relevantes del naciente partido.

Así, su primera prueba en el escenario político nacional sucedió en las elecciones federales del 2015, en las que se renovaron los 500 escaños de la Cámara Baja; 300 diputaciones por el principio de mayoría relativa y 200 por la vía de la representación proporcional.

Ese fue el primer paso en la consolidación del partido de Andrés Manuel en el espectro político mexicano. Morena se constituyó en la cuarta fuerza política en el país, al haber obtenido 3 millones 346 mil 349 votos, lo que le valió mandar a la Cámara Baja a 14 diputados de mayoría relativa y a 21 de representación proporcional, el 8.82 por ciento de la conformación de la Cámara de Diputados.

La fuerza ganada por Morena se le restó en mayor medida al PRD, partido que desde la firma del Pacto por México entró en crisis por las disputas de las facciones internas, y que dejó a un lado la ideología social demócrata en favor del pragmatismo en su lucha por mantener el control de los territorios en los que gobernaba.

La culminación de la crisis perredista fue la firma con el PAN y Movimiento Ciudadano de la Coalición por México al Frente para el proceso electoral del 2018, en la que de facto el sol azteca aprobó su vasallaje a Acción Nacional.

Así, en 2015 Morena logró el control de 20 escaños en la Asamblea Legislativa de la Ciudad de México, 19 por la vía de mayoría relativa y uno por representación proporcional, convirtiéndose la capital del país en el bastión del Movimiento de Regeneración Nacional en el país.

La inercia de Morena se patentó en el siguiente proceso electoral en México, realizado en el 2017 y en el que se eligieron gobernadores, diputados locales y presidentes municipales en los estados de Coahuila, Nayarit, Veracruz y Estado de México. En total se disputaron 525 cargos de elección popular en esas entidades.

Movimiento de Regeneración Nacional se afianzó como la segunda fuerza política en las elecciones del 2017 habiendo obtenido 2 millones 651 mil 836 votos, sólo por detrás del PRI, partido que consiguió 2 millones 907 mil 867 votos.

Las estrategias de ambos partidos fueron diferentes en esos comicios; mientras que el Revolucionario Institucional apostó por realizar alianzas y coaliciones con partidos satélites y afines locales y federales en las entidades donde hubo elecciones, Morena apostó por una estrategia de cero alianzas con institutos políticos locales o federales.

El Estado de México se convirtió en la base política de votos de Morena. En la tierra de Peña, donde el PRI ha gobernado por 90 años, desde 1928, el Movimiento de Regeneración Nacional obtuvo 1 millón 871 mil 542 sufragios, 41 mil 938 más que el PRI, que consiguió 1 millón 829 mil 604 votos.

Fueron las coaliciones con los partidos Verde Ecologista, Nueva Alianza y Partido Encuentro Social, entes aliados en la entidad mexiquense, lo que le permitió a Alfredo del Mazo, abanderado priista, vencer a Delfina Gómez Álvarez, la candidata de Morena a la gubernatura mexiquense.

Morena consiguió la mayoría de los votos en 20 de los 45 distritos electorales de la entidad, la mayoría ubicados en la zona conurbada con la Ciudad de México, la zona más poblada y desarrollada económicamente de la entidad.

Por su parte, en las otras entidades Morena se posicionó entre el segundo y el cuarto puesto en la preferencia electoral. En Veracruz consiguió 566 mil 931 votos y ganó 17 de las 212 alcaldías del estado; en Coahuila fue la tercera fuerza al haber obtenido 151 mil 675 votos; y en Nayarit también fue tercero, habiendo logrado 61 mil 702 sufragios.

Una vez concluido el proceso electoral del 2017, en diciembre del año pasado, el Movimiento de Regeneración Nacional organizó el proceso electoral federal del 2018, en el que el presidente de Morena, Andrés Manuel López Obrador, sería elegido candidato de ese partido para la presidencia de la república; así, el político tabasqueño sería por tercera ocasión presidenciable para Los Pinos.

Morena es López Obrador y López Obrador es Morena. Esta premisa se materializó en diciembre del 2017, en la conformación de la Comisión Nacional de Elecciones de Morena, donde el tabasqueño registró su precandidatura y presentó la conformación de su gabinete.

Como efímera competencia interna Andrés Manuel tuvo a un ex marino retirado militante del Movimiento de Regeneración Nacional, José Francisco Mendoza Sauceda, que también se registró como precandidato para ser el abanderado de Morena para la presidencia de México, así como al exsecretario de Comunicación del PRD y exdiputado federal del Partido del Trabajo, Gerardo Fernández Noroña.

Sin embargo, la tibia competencia de Andrés Manuel pronto desistió de su intento. El poco conocido Mendoza Sauceda terminó declinando por Andrés Manuel López Obrador; mientras que Fernández Noroña primero amagó con ser candidato independiente a la presidencia y posteriormente informó sobre sus intenciones de pelear la candidatura con López Obrador; sin embargo, al final declinó el registro de su precandidatura y le dejó el camino habilitado a López Obrador.

Por su parte, José Francisco Mendoza Suceda pronto desistió de sus aspiraciones de ser el abanderado de Morena y declinó por Andrés Manuel López Obrador. Así, el pasado mes de abril del 2018, el exmarino ofreció una conferencia de prensa en donde le ofreció 3 millones de votos de los marinos mercantes, a cambio de que López Obrador creara una Secretaría Mercante independiente de la Marina Nacional cuando accediera a Los Pinos.

A pesar de que Morena no consiguió la victoria en ninguna de las gubernaturas en las que compitió el año pasado (el PRI ganó el Estado de México y Coahuila, y el frente del PAN, PRD, PT Nayarit), los comicios le dieron experiencia política que aprovecharían en el proceso federal del 2018.

La primera fue la conformación de alianzas. El 13 de diciembre del 2017, Morena oficializó la coalición con el Partido del Trabajo y el Partido Encuentro Social, este último aliado del PRI en la elección a la gubernatura mexiquense, que llevaría el nombre de “Juntos Haremos Historia”. Después de la firma del convenio de coalición, los tres partidos postularon a Andrés Manuel López Obrador como su aspirante a la silla presidencial de México.

Este hecho fue una acción pragmática del partido de López Obrador, cuya finalidad fue hacerse con más votos que le permitieran al tabasqueño lograr la presidencia de México. Las dos elecciones pasadas, perdidas ante Felipe Calderón en 2006 y ante Peña Nieto en 2012; así como la victoria de Alfredo del Mazo Maza en el Estado de México en 2017 le indicaron a Andrés Manuel el camino a seguir para ganar la presidencia: las alianzas con otros institutos políticos, a costa de la ideología del partido.

Con el Partido del Trabajo la alianza fue menos ríspida. La declinación de Oscar González, candidato a la gubernatura mexiquense del PT a favor de Delfina Gómez, abanderada de Morena al mismo puesto, facilitó los nexos entre ambos institutos, así como la similitud en el espectro político de “izquierda socialdemócrata” de los dos partidos.

La alianza con el Partido Encuentro Social fue más ríspida, debido a que ese instituto compitió coaligado con el Revolucionario Institucional, Partido Verde y Nueva Alianza, rivales del Movimiento de Regeneración Nacional en el proceso electoral local del 2017 en el Estado de México y en el federal del 2018.

El Partido Encuentro Social es una institución política de derecha, fundado como asociación civil por Hugo Eric Flores Cervantes en 2003, actual presidente del partido y diputado federal del PES en la LXIII Legislatura del Congreso de la Unión.

El PES tiene una orientación cristiana, con preferencia por la tendencia conservadora de la política nacional. Prueba de ello es que el partido utilizó un ichtus, símbolo con forma de pez que representa a Jesucristo. Este logotipo lo utilizó en Baja California, estado en donde obtuvo el registro como partido político en julio de 2014.

Las controversias han sido un lastre en el PES, debido a su cercanía con posturas ideológicas cristianas, a pesar de que su dirigente, Hugo Eric Flores Cervantes ha negado en diversas ocasiones ser miembro de alguna iglesia cristiana.

El 9 de julio del 2014, el Instituto Nacional Electoral le dio el registro como partido político nacional; sin embargo, el INE abrió dos procedimientos en contra del nuevo partido debido a que el PES inscribió como delegados a ministros de culto o asociaciones religiosas, situación que viola el inciso d del artículo 130 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, así como por recibir financiamiento de pastores de iglesias cristianas.

Hugo Flores es una figura controvertida. De orígenes priistas y con ideología conservadora y con casos de omisiones en fiscalización, falta de honradez, nepotismo e imparcialidad como funcionario público cuando se desempeñó como oficial mayor de la SEMARNAT en 2006, razones por las que fue destituido de sus funciones en 2007 e inhabilitado para ocupar un cargo en la administración pública federal hasta 2020.

Él ha sido señalado por diversos medios de haber sido pastor evangélico en Baja California, aunque él no ha negado en diversas ocasiones. A favor de la “familia tradicional”, en contra del matrimonio igualitario en el país, al que ha catalogado como “una moda”, así como del derecho humano al aborto, salvo en casos de violación o malformaciones genéticas del feto.

No obstante este lastre, Andrés Manuel optó por sumar a la coalición Juntos Haremos Historia al PES. “La única posibilidad de un cambio real en nuestro país es la que está encabezando Andrés Manuel López Obrador”, informó el dirigente del PES el día de la conformación de Morena, y refirió que su partido había decidido ponerse “del lado correcto de la historia”.

¿Cómo compaginan ideologías tan dispares, espectros políticos tan disímiles, que en el papel buscan cosas diferentes y representan a grupos sociales diferentes?

 

AMLO, la redención del mesías

“Ahora que formalmente se ha iniciado la precampaña presidencial hacia el 2018, como en las dos anteriores ediciones, la presencia intelectual de Enrique Krauze se intensificará en la política y el periodismo a partir del uso desmedido del concepto ‘Mesías Tropical’, que empleará en el ensayo de 2006. Será un concepto destacado, junto con ‘Populismo-Populista’ y ‘Peligro para México’, para denostar y socavar a López Obrador”, escribió Héctor Palacio el 15 de diciembre del 2017, antes de las campañas presidenciales del 2018.

Los detractores y rivales políticos de Andrés Manuel López Obrador han denostado la figura del tres veces candidato a la presidencia de México bajo el argumento de ser un candidato populista y que, mediante la incorporación de políticos de diversos partidos al Movimiento de Regeneración Nacional, su pasado muchas veces oscuro y con escándalos en la administración pública queda redimido ante la opinión pública por sumarse al proyecto lopezobradorista.

Sin embargo, los conceptos en cuestión son peyorativos, y mediante ellos y la guerra sucia que los partidos políticos han atacado a Andrés Manuel en los tres procesos electorales buscan restarle adeptos a su proyecto y crear un clima de inseguridad en la opinión pública de los mexicanos.

No obstante, la afiliación de candidatos que en el pasado militaron en otros partidos y muchas veces contrarios a los ideales del Movimiento de Regeneración Nacional han socavado la credibilidad de algunos sectores de la sociedad al proyecto de nación de Andrés Manuel López Obrador.

En el Estado de México Morena, a través del Grupo Acción Política (GAP), una escisión del PRD que ayudó a Morena a operar el proceso electoral de las campañas a gobernador del año pasado, ha abierto las puertas a políticos de corte conservador, como Juan Rodolfo Sánchez Gómez en Toluca, Gabriela Gamboa Sánchez, ambos expanistas; o como Anthony Domínguez Vargas a la alcaldía de Tejupilco, quien hasta el año pasado era diputado del PRI por el distrito IX.

En la tierra de Peña, el GAP controla la estructura política de Morena y ha abierto las puertas del partido a diversos cuadros del espectro político nacional. El descontento de la militancia morenista ha sido constante, debido a los candidatos de otros partidos en el Movimiento de Regeneración Nacional no toman en cuenta a la base social del partido.

El Grupo Acción Política surgió entre 1993 y 1994 como una de las varias tribus internas del PRD, conformada por exmilitantes del Partido Mexicano de los Trabajadores y de la Unidad Izquierda Comunista, y pronto adquirió el control de la organización Higinio Martínez Miranda, un viejo cacique político que tiene en su historial denuncias de haber entregado la elección a al gubernatura mexiquense del año pasado a cambio del derecho de tierra en las inmediaciones del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México.

Ese mismo grupo, El GAP, apoyó en el 2008 a Jesús Ortega Martínez en su postulación a la presidencia nacional del PRD, a cambio de la postulación de Horacio Duarte como secretario general. Duarte, Higinio y Delfina Gómez conforman la “trinidad” del Grupo Acción Política, el músculo de Morena en el Estado de México.

Morena es un partido con menos de diez años de existencia, y los partidos políticos nuevos la influencia de los líderes, en este caso López Obrador, es relevante debido a que en él se fincan las bases y metas ideológicas, el programa partidista, el diseñó de la organización, la construcción de la identidad colectiva y la selección de la base social que posteriormente constituirá la militancia del partido.

Ante la ausencia de una estructura política que fuera capaz de movilizar a personas para apoyar al partido en las elecciones locales pasadas, Morena dio cabida a una estructura perredista que operara en las elecciones para el Movimiento de Regeneración Nacional; de tal suerte, el GAP abrió las puertas a grupos políticos locales para afianzar al partido.

Así, Morena utilizó bases políticas locales ajenas para competir en las elecciones locales del año pasado; a cambio del apoyo de esas estructuras al partido, Morena delegó cotos de poder mediante las candidaturas a Ayuntamientos y diputaciones locales, en una forma de “corporativismo embrionario” en el que todas las partes resultaron ganadoras: Morena se fortaleció en la tierra de Peña, y los grupos de poder locales postularon a sus candidatos a los puestos de representación popular. La fórmula mexiquense marcó la pauta en los actuales comicios, en los que López Obrador va puntero en las encuestas, a menos de una semana de las elecciones presidenciales en el país.