Escucha el Se dice que aquí…
- Carta de Delfina Gómez,
- Carta de Paco Vázquez,
- Carta de Héctor Macedo,
- Carta de Horacio Duarte,
- Carta de Higinio Martínez.
Carta de Delfina Gómez
Querido Santa Claus:
No pedimos milagros ni varitas mágicas, solo tiempo político. Gobernar el Estado de México no es una carrera de velocidad, es una prueba de resistencia. Si puedes, mándanos paciencia institucional, un gabinete que entienda que gobernar no es narrar y una burocracia que ejecute sin nostalgia ni ansiedad. Si sobra espacio en el trineo, deja un instructivo para explicar que cambiar un régimen no es inmediato ni automático.
Prometemos portarnos bien. Gobernar mejor ya es otro asunto.
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Carta de Paco Vázquez
Querido Santa:
Aquí no se piden juguetes, se piden silencios. Que la Legislatura siga funcionando como sala bien acomodada: nadie grita, nadie empuja, todo se aprueba. Tráele sesiones tersas, coordinadores disciplinados y consensos que parezcan espontáneos. El mejor regalo sería que nadie note que todo pasó sin sobresaltos. Milagro legislativo, pues.
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Carta de Héctor Macedo
Querido Santa:
No traigas aplausos, trae orden. Expedientes que no se extravíen, tiempos que se respeten y sentencias que hablen solas. El Poder Judicial no necesita reflectores, necesita distancia del ruido político y cercanía con el derecho bien escrito. Si puedes envolverlo con sobriedad institucional, mejor.
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Carta de Horacio Duarte
Querido Santa:
Este pedido es técnico: operar sin escándalo. Que las piezas se muevan sin aspavientos, que los actores crean que decidieron solos y que la política siga siendo ese arte de persuadir sin levantar la voz. Si puedes, deja estabilidad interna y lealtades discretas. El tablero se lo saben de memoria.
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Carta de Higinio Martínez
Querido Santa:
Aquí no hay lista de deseos nuevos. Solo uno antiguo: memoria. Que no se olvide de dónde vino el movimiento, aunque ya no viva ahí. No pedimos coronas ni regresos, solo respeto histórico y una silla simbólica desde donde observar sin que le digan “ya pasó tu turno”. Si viene envuelto en reconciliación, mejor.
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Así, entre cartas y campanadas, el Edomex cierra el año.
No pedimos milagros. Pedimos gobernabilidad con sentido del humor, que ya es bastante.
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