Toluca, México. 17 de mayo de 2019.- A 29 años de que la homosexualidad dejara de clasificarse como una enfermedad mental, por parte de la Organización Mundial de la Salud, aún hay luchas pendientes para garantizar los derechos de las personas de la diversidad sexual, así como su acceso a una vida plena y libre de discriminación y, sobre todo, evitar que sus preferencias sexuales las conviertan en víctimas del odio.
De acuerdo con el informe preparado por Letra S. en el Estado de México se han registrado 30 delitos de esa naturaleza contra la comunidad de la diversidad sexual. Esto coloca a la entidad en el cuarto lugar nacional donde no pertenecer al régimen heterosexual coloca la vida de las personas LGBTTTIQ (Lésbico, Gay, Bisexual, Transexual, Transgénero, Travesti, Intersexual y Queer)en una posición de riesgo.
Ecatepec, Valle de Chalco, Nezahualcóyotl y Toluca son los municipios donde se han cometido más atentados contra personas de la diversidad sexual. Las mujeres trans y los hombres homosexuales representan los grupos más vulnerables a los asesinatos; su edad, la mayoría de las veces, oscila entre los 30 y 59 años.
Este informe también revela que, al menos, 79 personas LGBTTTIQ son asesinadas al año en México. Esto equivale a 6.5 homicidios por mes.
Para la comunidad de la diversidad sexual, los dos últimos años del gobierno de Enrique Peña Nieto fueron los más violentos: en ese periodo, los crímenes hacia este sector se incrementaron 30 por ciento con relación al periodo de 2012 a 2016.
En perversa armonía con el aumento de la violencia ejercida contra las mujeres, las mujeres trans o personas trans con expresión femenina son las más expuestas a sufrir actos de violencia homicida.
Durante el sexenio peñista se registraron 261 transfeminicidios y los cuerpos de las víctimas fueron encontrados en la vía pública o en lotes baldíos con heridas provocadas por armas de fuego y punzocortantes.
Desgraciadamente, la violencia no es la única adversidad que enfrentan las personas de la diversidad sexual.
Según cifras de la Encuesta sobre Discriminación por motivos de Orientación Sexual e Identidad de Género Endosig, al 25.2 por ciento de las personas con identidades sexogénericas no normativas se les negó, injustificadamente, al menos un derecho, sobre todo la oportunidad de trabajar así como la entrada a un negocio.
A pesar de que se trata de un derecho, el acceso a la salud no está garantizado para la comunidad de la diversidad sexual. Cuando han asistido a solicitar atención médica, el personal de los centros de salud les incomoda con malos tratos, humillaciones, o minimizando su padecimiento. Por eso es que, con frecuencia, esta comunidad ha tenido que ocultar su orientación o identidad de género para acceder a los servicios de salud, revela la Endosig.

Cabe recordar que en 1952, la Asociación de Psiquiatría Americana (APA) incluyó la homosexualidad como una categoría de enfermedades mentales, esto debido a que algunas “teorías”, sin el debido sustento científico, proponían una conexión entre la homosexualidad y algunas formas de desajuste psicológico.
Fue hasta 1990 cuando la Asamblea General de la Organización Mundial de la Salud eliminó este supuesto “mal” del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales.
Hace 29 años, la homosexualidad dejó de ser considerada una enfermedad mental pero aún falta avanzar en la conquista de todos sus derechos.
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