Pragmático, no ideólogo, Higinio Martínez es un operador eficaz. Siempre lo ha sido, es el sello en su carrera política. Le gusta ganar y sabe hacerlo. Que haya retenido el control de la burocracia de Morena en el Estado de México no debería sorprender. Se quedó con lo que tenía. Salió tablas, tampoco es como para que el «higinismo» “Mexiquenses de Corazón” eche campas al vuelo.
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La votación por la presidencia del Consejo Político fue de 197 para Raciel Pérez, contra 212 para Nancy Nápoles. Para la presidencia, Nelly Carrasco, solo 7 votos, contra 226 para Martha Guerrero. Huele a traición. Algo turbio paso porque la mitad de los consejeros se sincronizaron para no votar.
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Pasaron las horas después de la elección de Martha y Nelly y nadie fuera del «higinismo» lo celebraba. Hubo un silencio estruendoso. Delfina, calló. Mario Delgado, también. Quienes se les oponían, tampoco emitieron expresión. Fue como un velorio. Solo el senador estuvo festivo, dichoso.
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Los electores deberían saber que el grupo que ganó es al que pertenecen Juan Rodolfo, Gabriela Gamboa, Ruth Olvera, Patricia Durán, Gerardo Nava, Nazario Gutiérrez y muchos otros políticos de muy malos antecedentes. Exalcaldes a quienes los electores castigaron votando en contra. Vaya contradicción.
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Cuando en la conversación política entre priístas salía el tema de Morena, la expresión invariable era: “ojalá y que gane Higinio”, él nos podría ayudar mucho. Ese era el deseo, que termino por cumplírseles a medias. De allí el epíteto de “PRIHiginismo” que los malquerientes han endilgado groseramente al senador. Veremos si lo sucedido en Morena en para bien… ¿y de quién?
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La aspirante que ha roto con algunas de las más antidemocráticas y vetustas prácticas del priísmo, como la obediencia debida y la disciplina autoritaria, Ana Lilia Herrera, aspirante consolidada a la candidatura de su partido y de la posible alianza, estará hoy en Conversatorio AD. Empezamos a las 7 de la noche en punto. Allí nos vemos.