El maguey pulquero se ha visto amenazado desde hace algunos años por la deforestación, el cambio climático y la sobreexplotación para cubrir la demanda de esta especie en el mercado. Como medida de rescate se llevará a cabo en Tlaxcala un proyecto para la producción del agave en laboratorios instalados por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
La Ex-fábrica de San Manuel de Morcóm es el lugar donde se construirán los laboratorios para reproducir de manera in vitro el Agave Salmiana. A partir de los resultados de este proyecto, se probará el funcionamiento de esta técnica para reproducir y preservar muchas otras especies.
Dos de los objetivos de la producción de agave son conservarlo y aprovecharlo de forma sustentable pues el cambio climático ha favorecido el desarrollo del picudo del agave, un insecto cuya sobrepoblación constituye una de las principales plagas de esta variedad de maguey, aunado al aprovechamiento irresponsable de esta planta, podría terminar extinguiéndose.
A partir de pequeños fragmentos de plantas se pueden generar otros cientos o miles de ellas como ya lo han hecho con algunas orquídeas. En un laboratorio en el estado de Chiapas se produjeron dos millones de ellas en un año. Una vez que la producción de maguey termine su fase experimental, se podrán cultivar grandes cantidades.
Existen algunos peligros en la clonación de plantas como en todo experimento. Ya que las plantas son réplicas exactas de las seleccionadas y las plantas en cultivo se comportan de manera diferente a los tejidos de los que se produjeron. Por tales motivos, las cosechas podrían variar año tras año.
La producción del maguey pulquero no sólo tiene un efecto positivo económicamente. Ecológicamente, el agave resiste altas temperaturas y escasez de agua, además restaura el suelo y sirve como captador de dióxido de carbono hasta en las condiciones más adversas. Grandes atributos en un bello e imponente empaque, por lo que también puede utilizarse como planta de ornato.
(Con información de VeoVerde)