Real de Catorce traspasa su propia magia, al convertir en realidad el sueño de sus visitantes que disfrutan de su colorido y tradiciones de los huicholes, por lo que también se ha convertido en un set cinematográfico en donde se ve pasear a personalidades de Hollywood que se han enamorado del lugar.
Calles empedradas, viejas casonas casi en ruinas, llevan a los paseantes por una aventura en el tiempo, que comienza tras pasar el legendario túnel de Ogarrio, que da la bienvenida a este ambiente campirano.
De esta manera, Real de Catorce es considerado un enorme set que cumple con todos los elementos, al brindar un clima semiseco, cerros dignos de una postal y calles sacadas de una película western.
Por ello no fue difícil, poner a este municipio en el plano mundial, asegura Felipe Frías Saucedo, guía de turistas, quien orgulloso presume cómo figuras como Brad Pitt y Julia Roberts se enamoraron del lugar.
“Todo el pueblo es un inmenso set cinematográfico, lo que nos ha dado a conocer a nivel internacional, las construcciones han tenido que ser remodeladas, pero siempre conservando su fachada de piedra”, explicó.
Felipe Frías relata que el cine está muy ligado a la historia del lugar, “muchos no lo recuerdan pero en 1978 se filmó aquí la primera película -Pedro Páramo-, con Manuel Ojeda”.
“Siguieron otras producciones que ayudaron a que el pueblo tuviera una nueva actividad económica, el turismo, que es de lo que viven los cerca de mil 500 pobladores en la actualidad”, afirmó.
Otro de los atractivos de este Pueblo Mágico, ubicado en San Luis Potosí, es el pequeño mercado de la calle Independencia, en el que abundan los souvenirs con imágenes religiosas de la Virgen de Guadalupe y San Francisco de Asís.
A paso lento se van descubriendo las bondades de este municipio, que por sus calles pasean integrantes de la comunidad huichol con sus coloridos atuendos bordados a mano, así como personas a caballo, ya que por lo situación geográfica del lugar es difícil el acceso a los vehículos.
La calle Morelos se ha convertido en uno de los principales atractivos, debido a que ahí está ubicada la casa en la vivió temporalmente el actor estadunidense Brad Pitt, durante mes y medio, tiempo en el que filmó la película “La mexicana” en 1999.
“Jóvenes del lugar como de otros estados del país vinieron a montar guardias, esperando que Brad Pitt saliera, y en algunas ocasiones lo hizo, lo que causaba revuelo entre las jovencitas”, contó Felipe sobre el actor, quien tiempo después regresó al lugar en compañía de su ex pareja, Jeniffer Aniston.
“Brad siempre comía en el restaurante ‘El mesón de la abundancia’, era su lugar preferido y ahí le preparaban platillos típicos.
Le gustaba pasear por el pueblo en ocasiones, sin embargo, nunca se le vio al lado de su compañera Julia Roberts, con quien protagonizó la película –La mexicana-”, dijo.
Por su parte, Julia se hospedó en la habitación 45 del hotel Ruinas del Real, en la que se instaló un jacuzzi para el uso de la actriz.
“Son 17 películas las que han filmado aquí en el pueblo, pero -La mexicana-, nos marcó porque con ella, ya que por necesidades de la producción, llegaron las líneas telefónicas, por lo que se aprovechó para exigir que se instalaran y las señales para celulares las tuvimos hasta el 2005”, explicó el guía de turistas.
Aquí, también se han filmado “Las bandidas”, “Rock Mari” e “Hidalgo la historia jamás contada”, señaló Felipe Frías.
Añadió que desde hace unos meses el pueblo se ha convertido en un lugar soñado para las bodas, luego de que se realizara la telenovela “Un refugio para el amor”, protagonizada por Gabriel Soto y Zuria Vega.
“Llegan las muchachas solicitando casarse como “Luciana” y hacer el mismo recorrido, por lo que se crearon paquetes para hacer las ceremonias y utilizar las mismas fachadas de casas que se vieron en la historia”, explicó Frías.
“Casi cada ocho días tenemos novias que llegan a cumplir su sueño de amor”, dice Felipe, mientras que a lo lejos se escucha el replicar de las campanas del Templo de la Purísima Concepción, cuya leyenda del Santo que no quería estar en su nueva capilla, la han hecho popular.
Pero sumado a sus calles y leyendas, se encuentra el místico cerro del Quemado, de los Wixárika o huicholes, quienes consideran a este lugar como su centro ceremonial en el que conectan con sus deidades, y que está dentro de la zona sagrada de Wirikuta, en la que también se da la planta del peyote.
“Peyote, peyote… muchos nos preguntan por esta planta que para nosotros es sagrada, porque es una forma de entrar en contacto con nosotros mismos y la tierra”, dice José Luis Ramírez, marakame o Chamán de los Wixárika.
Después de 50 minutos a caballo y 20 a pie, se llega a la punta del cerro del Quemado, donde el marakame comienza su ceremonia repartiendo maíz molido y semillas, mientras reza en voz baja elevando sus peticiones al cielo.
“Cada uno debe de pedir como quiera, todos somos iguales”, señala el Marakame, mientras guarda en su morral bordado a mano su celular y saca algunas velas para dejar la ofrenda.
El encuentro con los huicholes y la tranquilidad del lugar, hace que las faldas del cerro también en algunas temporadas sirvan para acampar, explicó Benito Martínez, caballerango desde hace más de dos décadas.
“Real de Catorce es un lugar bonito, no sólo para pasear, sino también para vivir, hay tranquilidad y tenemos visitas de muchas partes y hasta de actores famosos”, concluyó.