Áreas boscosas que rodean al DF en riesgo

Las áreas boscosas que rodean la Ciudad de México, con una población por arriba de los 20 millones de habitantes, enfrentan una enorme presión por la contaminación del aire, sobreexplotación del agua y los cambios de uso de suelo, entre otras problemáticas, consideraron investigadores de la Universidad Autónoma del Estado de México. Ante ello, los […]

Las áreas boscosas que rodean la Ciudad de México, con una población por arriba de los 20 millones de habitantes, enfrentan una enorme presión por la contaminación del aire, sobreexplotación del agua y los cambios de uso de suelo, entre otras problemáticas, consideraron investigadores de la Universidad Autónoma del Estado de México.

Ante ello, los catedráticos e investigadores de la Universidad Autónoma del Estado de México, Víctor Ávila Akerberg y Tanya González Martínez, en coordinación con especialistas de la Universidad Nacional Autónoma de México, desarrollaron una propuesta integral hacia la restauración ecológica y conservación de dos cuencas forestales al oeste de la Ciudad de México, con un enfoque en los servicios ecosistémicos y el manejo participativo.

Los investigadores del Instituto de Ciencias Agropecuarias y Rurales (ICAR) de la UAEM expusieron que el proyecto -en el que también colaboraron Alya Ramos Elorduy, Giselle Arroyo Crivelli, Karen Centeno Barbay y Lucia Almeida Leñero, del Laboratorio de Ecosistemas de Montaña de la UNAM- incluye actividades participativas con actores locales, como la reforestación con árboles nativos y el monitoreo de la calidad del agua en ríos y arroyos.

De igual manera, contiene un programa local de educación ambiental y el desarrollo de materiales de comunicación, como letreros en senderos interpretativos y una guía de la flora útil y sus beneficios.

En este contexto, los especialistas indicaron que con este tipo de actividades se busca la concientización y participación de actores locales, pues para una megaciudad como la capital de México, asegurar la conservación de servicios ecosistémicos, como el aire y el agua de calidad, es de vital importancia.

Además, opinaron que las estrategias generales de conservación deben siempre considerar una mejoría del capital social en todas las etapas, así como una apreciación del valor intrínseco de la naturaleza.