La construcción de los dos retornos deprimidos sobre Paseo Tollocan significará el primer paso para que Toluca experimente los mismos problemas de Ecatepec, en materia de caos vehicular, tránsito lento, e inseguridad; pues en términos técnicos destrozará la ciudad.
De acuerdo con Susana Bianconi, arquitecta y paisajista de la UAEM, además del daño ambiental irreversible para el Valle de Toluca, seguir con esta presunta obra de carácter privado dejará un mal precedente, toda vez que cualquier industria podrá pedir "obras personales".
"Es una improvisación sobre las rodillas, a modo del cliente; da la sensación de que el gobierno del Estado de México trabaja para una minoría no una sociedad".
El desatino urbano de la acción dice, impactará no sólo al ecosistema sino en rubros como los de la seguridad, ya que la saturación de vehículos de la zona producirá un gran estacionamiento de autos embotellados ideales para la delincuencia.
"Nos volverá presa de los asaltantes como en Constituyentes en la Ciudad de México donde la única opción que encontraron fue colgar a un policía de una cesta" expresó.
Señala que uno de los grandes fallos de la obra es dejar apartados como la incorporación a estos deprimidos desde los carriles de alta velocidad, lo cual advierte podrá ser factor de riesgo para accidentes vehiculares.
"No sólo dañará el medio ambiente sino la autoestima que tenemos en esta ciudad es darnos un golpe en la nuca a quienes valoramos la belleza y el paseo Tollocan como una obra monumental de arquitectura de paisaje" lamentó.
Este jueves el gobierno del estado retiró las vallas que cubrían los árboles como petición de los activistas para poder iniciar el diálogo. Al lugar del plantón arribó el secretario de Infraestructura, Francisco González Zozaya, para solicitarles desalojaran la zona y escucharan los detalles del proyecto estatal pese a ello el grupo en oposición reiteró que mantendrán el campamento hasta que la obra sea cancelada de manera definitiva.