"La ineptitud con la que han estado trabajando, por eso hay tanta gente mutilada, por eso mi hijo está muerto, por eso mis nietas se quedaron sin padre", fue el reclamo que lanzó Concepción Cruz Martínez a las autoridades del ayuntamiento de Toluca y de la PROPAEM durante su visita al Centro de Control Ambiental para identificar a los perros que atacaron a Cristian Ortega, su hijo, y provocaron que muriera desangrado.
Este miércoles alrededor de 30 vecinos de San Mateo Otzacatipan, San Pedro Totoltepec, la colonia Cultural, entre otras, acudieron a la cita en la que platicaron con José Guadalupe Maya, director de Medio Ambiente y con Alejandra Arias, subprocuradora de Protección a Fauna Ambiente.
Durante la reunión, los vecinos exigieron que se sacrifique a los perros capturados durante el operativo que ha estado implementando en las zonas de ataques, ya que es imposible determinar cuál sí participó y cuál no, a lo que las autoridades respondieron que no están capacitadas para ello, por lo que solo se comprometieron a que los canes sean examinados por un especialista y que se determine su nivel de peligrosidad, y solo entonces, determinar la acción a seguir.
"Mucha gente está perdiendo una vida, mi hijo ya no quiere vivir por ejemplo, tiene 18 años, yo solo quiero justicia, a la gente que está defendiendo a los perros que porque pobrecitos, yo solo los invito a que pasen a un hospital y vean lo que se sufre, mi hijo está en cama entre la vida y la muerte porque a cada rato le siguen apuntando partes de su cuerpo", comentó Emma García, madre de otra víctima de las jaurías.
Los afectados reclamaron que desde abril intentaron acercarse a las autoridades para denunciar los ataques que hasta la fecha le han costado la vida a cuatro personas, y han dejando heridas a por lo menos una veintena más, pero nadie les hizo caso y "se aventaban la bolita entre ayuntamiento y la Fiscalía General de Justicia del Estado de México".
Así, sin resultados concretos es como culminó la primera reunión entre víctimas y autoridades, por lo que se programaron al menos dos más para poder llegar a un punto de acuerdo sobre lo que se debe y no hacer con la población canina que vive en las calles de Toluca.