Toluca, Méx.- Eduardo Valiente Hernández, comisionado de Seguridad Ciudadana (CESC) informó que fue saldo blanco durante las 125 ceremonias del grito de Independencia que se llevaron a cabo en igual número de municipios mexiquenses, aunque “no se puede negar que hubo algunas incidencias”, la noche del 15 de septiembre transcurrió en calma.
“Hubo algunas riñas, como es normal que suceda, no es que las aceptemos sino que ocurre en muchos casos donde hay fiestas y fueron atendidas de manera oportuna, de modo tal que tenemos todo en calma”.
Agregó que en todos los ayuntamientos hubo presencia de la policía estatal, y que en el 100 por ciento de las localidades se llevó a cabo el desfile cívico – militar, e incluso en algunos de ellos participaron elementos estatales.
Durante este viernes marcharon frente a palacio de gobierno en donde estuvo presente el gobernador Eruviel Ávila Villegas junto con el secretario General de Gobierno, José Manzur Quiroga, el presidente municipal de Toluca, Fernando Zamora, el titular del Tribunal de Justicia mexiquense, Sergio Medina peñaloza.
En esta ocasión participaron un total de 210 elementos del Ejército Mexicano, mil 900 de la Comisión Estatal de Seguridad Ciudadana (CESC), 388 de la Dirección de Seguridad Ciudadana de Toluca y 22 del Heróico Cuerpo de Bomberos, 200 representantes de las cinco etnias que habitan el Estado de México.
Además de mil 250 alumnos y 120 maestros de educación básica y media superior, tres bandas juveniles, la banda de marcha de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM), 50 integrantes de la Asociación Nacional de Charros, 10 carros alegóricos, 193 vehículos, 155 caballos, seis paramédicos del Servicio de Urgencias del Estado de México (SUEM), una bandera monumental y tres banderas de guerra.
Este año no hubo una asistencia superior a la del 2015, pues al término las calles se liberaron alrededor de las 13:00 horas, a pesar de que el operativo de cierre de vialidades estuvo planeado hasta las 15:00 horas, pues en años anteriores la asistencia era tanta que tardaban hasta dos horas en que los transeúntes liberaran el paso.